Ese selecto grupo de asalariados que tributa al 43%
Usted es abogada. Se levanta cada mañana a las siete para acudir a su oficina, situada al sur de Madrid. Almuerza habitualmente un menú cerca de su oficina, pues vive demasiado lejos como para ir a casa. Nunca logra llegar a casa antes de las ocho y media de la tarde, con el tiempo justo para ayudar a su marido con el baño de su hijo y la cena, pues su jefe no entiende que un empleado con una vida equilibrada rinde más y rota menos. Los fines de semana procura no llevarse trabajo a casa, aunque son muchos los sábados en que el trabajo se queda con algo de su ocio. Ingresa usted ¦euro;55.000 euros al año. El tipo de gravamen marginal que aplica en su declaración de IRPF es del 43%.
Su vecino es rentista. Su padre era un empresario de éxito, pero como su hijo no quiso continuar al frente de sus negocios, procedió a liquidarlos y dejarle en herencia varias cuentas a plazo y una cartera de acciones y bonos. Su vecino dedica su tiempo al estudio de las lenguas clásicas, y en sus ratos libres, compra y vende acciones y bonos por internet. Las plusvalías que pueda obtener tributan al 18%.
Su amigo de infancia es dentista, tributa como autónomo en régimen de estimación directa. Hace un mes cenaron juntos y su amigo se jactó de que, aunque sus ingresos, eran muy superiores a sus 55.000 euros, apenas pagaba nada a la Hacienda Pública, dados los pocos ingresos y muchos gastos que declara.
Tanto usted como su vecino y su amigo son usuarios del mismo ambulatorio. Llevan a sus hijos al colegio público del barrio. Transitan por las mismas autopistas. Disfrutan de la protección de la misma policía.
Ha leído un artículo sobre los motivos de la crisis económica que no acaba de comprender. La crisis parece estar relacionada con un exceso de liquidez. Con el mantenimiento de unos tipos de interés demasiado bajos durante demasiado tiempo. Con el otorgamiento de un elevadísimo crédito promotor. Con la especulación inmobiliaria y la titulización de las hipotecas. Con una deficiente regulación de los mercados financieros.
Para desconectar de las tensiones laborales, usted suele ir a una piscina situada al sur de Madrid, a la que accede por el nuevo túnel de la carretera de Extremadura. En el último mes ha recibido cuatro multas de 90 euros cada una por circular por encima del límite de velocidad: a 87, 85, 81 y 76 km/h.
Ayer puso la radio y escuchó que quizás subieran ese 43% que actualmente grava parte de sus ingresos. Su vecino rentista y su amigo dentista parecen a salvo. Pertenece usted al selecto grupo de ricos que deben costear la zanjas que el Ayuntamiento de Madrid ha cavado por toda la ciudad. No hay guardería pública en su barrio, ni aparcamiento para residentes, pero ¿y lo bonita que va a quedar su acera?
José María Nogueira. Economista