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Reducción de emisiones

Iberdrola completa el plan para reducir azufre en sus térmicas

Iberdrola ha completado prácticamente el plan de desulfuración previsto para su centrales térmicas en España, tras poner en marcha una planta para reducir las emisiones de SO2 en la central asturiana de Lada que ha supuesto 60 millones de inversión.

Iberdrola ha puesto en marcha, la semana pasada, una planta de desulfuración en la central de carbón que tiene en Lada, en la localidad asturiana de Langreo, con 515 megavatios (MW) de potencia instalada.

Fuentes del sector explicaron que la nueva instalación, incorporada al grupo cuatro de la central, todavía está en el periodo de pruebas. Su objetivo es el de reducir en más de un 95% las emisiones de dióxido de azufre (SO2) generadas por la térmica. La planta ha exigido una inversión de 60 millones de euros. Desde la eléctrica confirmaron estos datos.

Con esta instalación, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán completa, prácticamente, las actuaciones que tenía previsto llevar a cabo para reducir las emisiones contaminantes de este tipo de gas en línea con los requisitos del Plan nacional de reducción de emisiones del Gobierno, que entró en vigor el año pasado.

También en Palencia

En 2008, la eléctrica ya puso en marcha una planta de desulfuración similar en el grupo dos de la central de carbón de Velilla, en Palencia, tras acometer otra inversión de 60 millones de euros. En el caso de la tercera térmica de carbón operada por Iberdrola, la de Pasajes (Guipúzcoa), el grupo ha optado por modernizar los sistemas de control del precipitador electrostático, lo que dota de mayor flexibilidad a la central y le permite consumir carbones con un contenido menor de azufre, lo que supone un recorte en las emisiones contaminantes.

Las plantas de desulfuración inauguradas permiten reducir el contenido de azufre y partículas presentes en los gases de escape de las centrales de carbón. Iberdrola ha elegido la tecnología llamada de vía húmeda, que emplea caliza para retirar el azufre, obteniendo yeso como consecuencia de este proceso. Un subproducto que se puede utilizar posteriormente en otras actividades industriales.

El Plan nacional de reducción de emisiones impulsado por el Gobierno traspone una directiva de 2001 de la Comisión Europea destinada a limitar las emisiones a la atmósfera de contaminantes como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas por parte de grandes instalaciones de combustión.

El plan afecta, básicamente, a centrales eléctricas de carbón y fueloil y a las refinerías de las petroleras. En el caso de las plantas de Iberdrola, está previsto que las medidas adoptadas en Lada (que opera con un 43% de hulla nacional y un 55% de hulla de importación) permitan reducir, al menos, un 91% las emisiones de SO2, un 9% las de óxido de nitrógeno y un 67% las de partículas respecto a los niveles de 2001, año que se toma como referencia. Los recortes previstos en el grupo dos de Velilla son del 92% en el caso del SO2, del 30% en el de los óxidos de nitrógeno y del 72% en el de las partículas.

Un 36% menos de emisiones de SO2

En 2008, Iberdrola logró reducir las emisiones de dióxido de azufre (SO2) de sus centrales de carbón y cogeneración en un 36%, al pasar de las 94.000 toneladas de 2007 a las alrededor de 60.000 del año pasado. El recorte más significativo fue el que se produjo en las instalaciones del grupo en España, donde las emisiones del gas disminuyeron en un 79%. Si se compara con las eléctricas europeas, las emisiones específicas de Iberdrola son de 0,423 toneladas por gigavatio hora frente a las 1,2 toneladas del sector.

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