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Tribuna
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La innovación, garante del crecimiento

El último informe de la OCDE deja claro que las repuestas de la política para salir de esta coyuntura económica pasan necesariamente por la inversión en innovación para garantizar un crecimiento a largo plazo.

La situación económica ha provocado la respuesta de los Gobiernos para evitar el colapso del sistema financiero y limitar los efectos de la crisis crediticia. Tales iniciativas tratan de estabilizar la economía y de iniciar una pronta recuperación. Pero además, deben garantizar que la recuperación se mantenga. La coyuntura actual no debería afectar a los factores de crecimiento a largo plazo sino utilizarse para acelerar los cambios estructurales hacia un futuro económico más claro, fuerte y justo. Esto implica la integración de asuntos a largo plazo en los paquetes de políticas en el corto plazo e implementar actuaciones destinadas a reforzar la vertiente de la innovación como motor económico.

Todos los países de la OCDE y otros han establecido programas de estímulo. España, según los datos de la OCDE, es el quinto país que más fondos dedica a las medidas en términos absolutos (56.754 millones de dólares entre 2008-2010) y el segundo de Europa, tras Alemania, que duplica el valor destinado a estas ayudas. Una posición que reconoce lo que está siendo la crisis en España. En materia de innovación y competitividad, es plausible el esfuerzo del Gobierno por las ayudas para que las empresas sigan invirtiendo en I+D, pero es necesario dar un paso más. Es fundamental que nuestro país se posicione en ciertas tecnologías y soluciones y se convierta en exportador de las mismas.

Asimismo, es necesario abordar dos temas que pueden favorecer esa inversión en innovación a largo plazo. En primer lugar, seguir con una iniciativa de compra pública de tecnología. Se ha demostrado que no sólo mejora los servicios y la operativa de la Administración sino que además se sitúa como motor de nuevos desarrollos privados. Y en segundo lugar, el desempleo de personal cualificado -un porcentaje elevado de la masa profesional que engrosa el INEM- podría convertirse en un núcleo emprendedor, creador de empresas de base tecnológica, si cuenta con un entorno adecuado que facilite la creación de empresas y, qué duda cabe, la asunción de un riesgo.

En definitiva, si bien es cierto que en España el volumen de fondos destinados a minimizar la crisis e iniciar la recuperación es uno de los más elevados del mundo, nuestro país carece de una estrategia clara, definida sobre en qué queremos ser punteros y cómo evitar la fuga de cerebros. Es necesario plantear medidas acordes a una estrategia que nos permita superar la coyuntura que atravesamos, afrontar el futuro con tranquilidad y sentar unos sólidos cimientos de la I+D.

Emmanuel Mielvaque. Director general de Alma Consulting Group

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