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Tribuna
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Memorándum: un sector del transporte en España

En términos de valor añadido bruto (VAB), la contribución del sector transporte a la riqueza nacional se consolida en el entorno del 5%El Consejo de Transportes de CEOE, en línea con lo establecido en el Plan Estratégico para la Economía Española 2008-2011: Análisis y Planteamientos desde la CEOE, ha procedido a la elaboración de un Memorándum del sector de Transportes. Nace con la pretensión de ser un documento de posicionamiento del sector, del que se desprenda la importancia estratégica del mismo dentro de la economía española. Asimismo, se configura como un elemento básico para las relaciones institucionales, y será el pilar fundamental en la próxima celebración de la cumbre del transporte español.

El Memorándum analiza, en un primer momento, el transportes en su conjunto, tanto a nivel español como europeo, para seguidamente proceder a un riguroso análisis de los principales subsectores que comprende: transporte por carretera (viajeros y mercancías), aéreo, marítimo, y, por último, ferroviario. Dentro de los referidos subsectores, y tras una descripción de sus principales caracteres, se analiza la problemática en que se encuentran inmersos para, finalmente, incluirse diversas propuestas.

El documento pone de manifiesto que el transporte en España es un sector económico de una importancia estratégica creciente, no sólo por contribuir a la mejora de la competitividad de nuestro país, sino por apoyar el desarrollo de la actividad en otros sectores, como la industria, el comercio y el turismo. Esta relevancia aumenta si se tiene en cuenta el proceso de globalización, que exige mayor capacidad para atender el volumen creciente de intercambios comerciales y de pasajeros a escala mundial. La mayor apertura de la economía junto con la mayor competencia internacional lleva implícito un sistema de suministro más flexible, fiable y rápido, que necesita el desarrollo de tecnología puntera para satisfacer una demanda cada día más especializada.

La posición geográfica de España, como puente entre Europa, América Latina y África, imprime un carácter destacado a los servicios de transporte y aumenta el potencial de crecimiento de su actividad. La importancia del sector queda reflejada en su peso en el tejido productivo. En términos de valor añadido bruto (VAB), la contribución del sector del transporte a la riqueza nacional se consolida en el entorno del 5%. Por otro lado, el sector cuenta con 238.119 empresas (7% del total); genera 901.580 empleos (4,5% del empleo total); genera un volumen de negocio de 98.552 millones de euros (crecimiento del 73% respecto al año 2000); ha realizado un notable esfuerzo inversor (en 2007, la inversión fue de 13.154 millones de euros, que más que duplica la realizada a comienzos de la década actual); y, finalmente, destaca el incremento de la productividad con tasas de dos dígitos de crecimiento en el periodo 2000-2006, muy por encima del sector servicios.

Atendidos estos datos, debe concluirse que la importancia del transporte en España es innegable. Si bien, a fin de que el siga contribuyendo de forma determinante en nuestra competitividad, y máxime en una situación de crisis como la actual, se hace precisa la adopción de determinadas medidas, especialmente porque entró en esta crisis estando en la crisis generada por los incrementos del petróleo.

Se hace urgente avanzar en la adopción de regulaciones que permitan una auténtica competencia entre los diferentes modos de transporte, sin normas que apoyen a unos subsectores en perjuicio de otros. Para ello se ha de atender la defensa de los intereses del sector en la tramitación y posterior aprobación de la normativa comunitaria, así como en su correcta transposición al ordenamiento jurídico interno.

Las mayores inversiones, tanto a nivel autonómico, como estatal y europeo, han de orientarse en aras a lograr índices básicos de comodalidad e intermodalidad, con la adopción de un firme y decidido proyecto de inversión en nuevas carreteras e infraestructuras, junto a la mejora urgente de las ya existentes, tanto a nivel nacional como europeo. En esta línea, sería preciso anticipar plazos de apertura de mercados ferroviarios, con el fin de obtener transparencia y abordar la externalización de la gestión, con la privatización así mismo de empresas públicas de transporte.

La reducción de las cargas administrativas que afectan al sector, toda vez que, según una reciente encuesta, el transporte ocupa el primer lugar de los sectores económicos más afectados por la burocracia administrativa, ha de unirse a un marco de flexibilización que posibilite la adaptación de la oferta a la demanda.

El impulso en la creación de un marco regulador objetivo y práctico que haga viable la lucha contra la morosidad, o el establecimiento de políticas de estímulo tributario para la adquisición y renovación de flotas con vehículos más ecológicos, son algunas de las actuaciones que han de generar estabilidad y certeza.

Lorenzo Chacón. Presidente del Consejo de Transportes de la CEOE

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