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Tribuna
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Adaptarse al cambio

Desde hace meses prácticamente todos los sectores afrontan una etapa tremendamente compleja que está poniendo a prueba a muchas empresas, aunque algunos expertos coinciden en que lo peor ha pasado. Sin embargo, para otros esta situación aún puede prolongarse más tiempo del que nos gustaría. Analizando la situación se observa un ajuste en la metodología y en la concepción de los productos y servicios. Las necesidades de los clientes han cambiado, adaptándose a las exigencias de una sociedad en crisis que impone sus reglas. Ahora, las demandas del público están dirigidas, principalmente, a economizar recursos, aprovechando al máximo cada adquisición.

Por ello, las compañías necesitan acercarse a los clientes, su principal activo, para conocer sus preocupaciones, sin caer en el error de darnos por vencidos ya que, como afirmó Albert Einstein, "la crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. … Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado".

Un ejemplo de cómo ser pro-activo incluso en tiempos difíciles lo tenemos en empresas que se plantean el hoy como una oportunidad para perfeccionar, y no como un obstáculo, haciendo un esfuerzo para actualizar su oferta, ajustar las primas y gestionar más eficazmente la personalización de sus ofertas.

La adaptación al cambio es una máxima en la naturaleza, en nuestro entorno y en nuestra vida. La supervivencia depende del potencial para reinventarnos, sin perder la esencia que nos diferencia y que nos ha permitido llegar a ser lo que somos. Una regla básica para aquellos que quieren seguir existiendo y compitiendo en un mundo en constante cambio que requiere acciones innovadoras, pero también coherentes.

Como compañía, debemos ser capaces de dar a conocer nuestra valía, porque la apreciación de una empresa no sólo depende de los resultados económicos, sino de su trayectoria, de su capacidad de compromiso, de su profesionalidad y de su innovación.

La situación actual supone un reto para las empresas que han basado su crecimiento en una estrategia frágil y poco congruente, porque podría desplomarse a la mínima contrariedad. Por ello, la clave para superar este duro proceso no está en los resultados óptimos, sino en el potencial para desafiar y resistir a situaciones inesperadas mediante una respuesta rápida y eficaz. æpermil;se es el verdadero valor de una compañía.

Y para terminar aportando una visión positiva y optimista, podemos afirmar que esta época turbulenta será decisiva y beneficiosa para aquellas empresas que tomen el contexto actual como una oportunidad para demostrar su talento, su creatividad y su "saber hacer" para que, como decía Einstein, salgamos fortalecidos.

Vicente Martínez. Director comercial de CPP Protección y Servicios de Asistencia

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