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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Criterios técnicos en el automóvil

El Gobierno alemán de Angela Merkel tiene un desmedido interés en dar satisfacción a la multinacional de componentes Magna en su intento de adquirir a General Motors la filial Opel. Y lo tiene porque en los planes industriales de la compañía canadiense figura una concentración de la producción de la vieja marca germana en territorio alemán, con reducción de la producción en las plantas periféricas, como es el caso de Figueruelas en España o la británica de Ellesmere Port. Todas las ofertas que GM ha recibido para deshacerse de Opel suponen un recorte de capacidad productiva, y, por tanto, de personal.

Pero Figueruelas ha pasado de ser una de las joyas de la corona Opel, a estar en el punto de mira de quienes pretenden controlar su capital y su gestión. Una de sus líneas de producción se eliminaría, según documentos aportados por Magna, y su producción pasaría del medio millón de coches al año a los 320.000, con el consiguiente recorte de personal. El criterio de ubicación geográfica no es válido hoy para definir los centros de producción, y las compañías deben ceñirse a la productividad esperada, variable bien acreditada por Figueruelas, como norte de sus decisiones si quieren dar rentabilidad económica a la inversión, en vez de política, como parece acompañar a los deseos de Berlín.

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