Europa abre la puerta a la fruta de baja calidad
Los productores españoles prevén un fuerte retroceso de las ventas.
La calidad de frutas y hortalizas ha dejado de ser una prioridad para la Comisión Europea a favor del precio. æpermil;sa es la principal conclusión que han extraído los productores españoles ante el nuevo reglamento aprobado en Bruselas, que elimina 26 normas de calidad en la comercialización, excepto en el caso del tomate y el pimiento. Por ese motivo, a partir de ahora se podrán vender en las superficies comerciales españolas pepinos de diferentes calibres, berenjenas con defectos o melones y sandías que no sean redondos. Todo ello contraviene, según las organizaciones de productores, los estándares de calidad que regían hasta ahora entre los productores de la Comisión Europea.
María José Pardo, gerente de Hortyfruta, la organización interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía que engloba el 80% del sector español, asegura que, con estos cambios, la Comisión Europea se ha plegado a los intereses de las empresas de distribución y de los países del norte de África, que serán los principales beneficiados por este cambio normativo.
"Con las variaciones previstas, se abre las puertas a la oferta de productos de baja calidad de países terceros, lo que hará que España pierda competitividad respecto a los mercados exteriores, ya que únicamente primará el precio en los canales de venta", asegura Pardo. A su juicio, este reglamento es una imposición por parte de la Comisión Europea, ya que se ha aprobado, pese a que había más países en su contra que a favor. Entre los perjudicados por estos cambios, Pardo destaca a los consumidores, "que verán reducida drásticamente la calidad de lo que compran" y los productores, "que quedarán a merced de la distribución". En su opinión, los hipermercados y los supermercados, en especial los que aplican grandes descuentos, serán quiénes fuercen a la baja los precios de las frutas y hortalizas.
Esa presión ya se ha dejado notar en algunos productos, como los cítricos, en el que los precios en origen (aquéllos que cobra el agricultor) han caído con mucha más fuerza que los precios en destino (que paga el consumidor), ante la presión de la distribución para abaratar los costes, en especial los establecimientos de grandes descuentos, como Lidl, Aldi o Dia. Las organizaciones agrarias lo han denunciado reiteradamente a lo largo del último ejercicio, en especial ante las fuertes diferencias que se han registrado entre el precio en origen y destino en algunos productos como limones, mandarinas o naranjas. En el último índice de precios, que elaboran mensualmente la organización agraria COAG y las asociaciones de consumidores OCU y Ceaccu, la distancia entre ambos se eleva ya a un 1.167%.
El coste de la mano de obra y de las materias primas es sensiblemente inferior en países como Marruecos, Egipto, Túnez o Ecuador y eso provoca que el precio final de la mercancía sea sensiblemente inferior.
Para evitar la competencia desleal entre los productos europeos y los de otros países con costes mucho más bajos, Bruselas ha establecido una serie de contingentes con el fin de evitar que la fruta y la hortaliza barata inunde los lineales europeos. A esa limitación también estarán sometidos los productos con formas diferentes, aunque la representante de Hortyfruta advierte que la imposición de esos cupos no sirve para corregir la posición de desventaja en la que estarán las empresas españolas. "No podemos competir en precio con estos países, nuestra fortaleza pasa por la calidad, por lo que nos vemos abocados a una bajada de precios", señala.
El precio en tienda es ya hasta un 25% más barato
El desplome del consumo en España está afectando a las ventas de frutas y hortalizas y, por lo tanto, está presionando a la baja sus precios de venta al público. Así se puede comprobar en el observatorio, que elabora trimestralmente el Ministerio de Industria, que refleja que las hortalizas y las frutas han sido los alimentos frescos cuyo precio ha caído más en el segundo trimestre, con caídas que oscilan entre un 10,1% y un 25,4%. Este abaratamiento se constata también en la clasificación por formatos de distribución, en la que queda reflejada que todos han aplicado rebajas superiores al 10%, aunque en el caso de supermercados y grandes centros llega al 20%.