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Tribuna
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España, hacia un nuevo modelo de turismo

¿Spain? Sol y playa, toros y tapas… Al menos así ha sido desde la década de los cincuenta. El actual modelo turístico de sol y playa -casi el 70% del negocio total- necesita una reformulación urgente. Se trata de un modelo que, si bien genera importantísimos ingresos para la economía española y ocupa a casi el 12% de la población activa de nuestro país, también nos ha llevado a una perniciosa estacionalidad, a una intensa saturación turística y urbanística y a un progresivo deterioro medioambiental.

El escenario turístico mundial exige la actuación del sector entorno a nuevos desafíos como la amenaza competitiva de destinos emergentes -Marruecos, Turquía, Túnez, Croacia y Egipto- contra los que España no puede competir en precio; también hay que abordar el cambio en la demanda de viajes debido al aumento de la población activa, el incremento de las parejas sin hijos y el número de solteros; el sector no puede ignorar la irrupción de internet y del comercio electrónico que conlleva una progresiva desintermediación en la organización de los viajes y, por lo tanto, una nueva relación cliente-empresa; igualmente, el periodo medio de vacaciones se reduce a favor de una mayor frecuencia; la consolidación de una clase media en economías emergentes como China o Rusia abre oportunidades en nuevos mercados emisores; y las tendencias medioambientales, con una agenda de medidas políticas y económicas entorno a los compromisos de adaptación y mitigación del cambio climático, así como el desarrollo de un fuerte espíritu conservacionista bajo el concepto de sostenibilidad (naturaleza, historia y patrimonio de la humanidad).

Por todo esto, resulta imprescindible dar un giro al modelo turístico español, regenerar o reinventar la oferta y ajustarla en precio y valor. Al mismo tiempo, es necesario relanzar, con innovación y valentía, ciertos destinos turísticos de nuestro país. Este nuevo modelo deberá estar fundamentado en el desarrollo sostenible y competitivo en el medio-largo plazo, mediante un fortalecimiento de la marca España en los mercados internacionales y una correcta gestión de los recursos energéticos y naturales.

La adaptación del modelo de comercialización de los productos -en un constante proceso evolutivo hacia una nueva demanda- a las nuevas tecnologías junto con la inversión en planes formativos adecuados a los profesionales del turismo deben ser otras de las acciones primordiales del sector. Por último, tampoco podemos olvidar la mejora en la calidad de las infraestructuras y el equipamiento turístico y, en general, del producto final.

El Plan Estratégico del Consejo Español del Turismo, conocido como Plan 2020, ha iniciado la senda de este cambio de modelo. El proyecto, que aúna el consenso de poderes públicos y agentes sociales, persigue fomentar el desarrollo turístico de España sobre la base de la competitividad y la sostenibilidad medioambiental, social y económica.

La implementación de algunos de los programas que contiene el citado Plan 2020 ya se ha iniciado. Aún así, urge acelerar el paso mucho más de lo previsto, ya que la actual coyuntura económica internacional impacta directamente al sector: en lo que va de año, el turismo extranjero en nuestro país ha descendido un 12% en comparación al mismo periodo del año anterior, según reciente información del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

El sector reclama más ayuda extra e inmediata para paliar, al menos parcialmente, los efectos nefastos que se prevén en las empresas dedicadas al turismo y cuya viabilidad, en muchos casos, se ve peligrar. Y es que no debemos olvidar que actualmente el turismo, tras la recesión de la construcción, se ha convertido en la primera industria del país. Sol, playa, montaña, naturaleza, arquitectura, arte, gastronomía, cultura, innovación… lo tenemos. Sólo hace falta saber transmitirlo al mundo.

Álvaro Klecker. Socio director del sector turismo (PwC)

Paloma Cerezo. Asociada sector turismo PricewaterhouseCoopers

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