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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El 'rent a car' ensombrece el plan 2000E

Por segundo mes consecutivo, las medidas aprobadas por el Gobierno en apoyo del sector del automóvil han demostrado que fueron un acierto. El Plan 2000E ya ha contribuido a que 34.000 ciudadanos hayan adquirido un coche desde finales de mayo, cuando entró en vigor la medida. Es cierto que muchos de estos vehículos se habrían vendido igual sin las ayudas, aunque el vuelco radical registrado en las estadísticas de matriculaciones tras la entrada del plan demuestra que existe una clara relación directa entre ayudas y compras.

En julio la compra de coches por parte de los particulares creció un 16,5% respecto al mismo mes de 2008, rompiendo el descenso en picado que se produjo los primeros meses del año. Hay pues que celebrar que el Ejecutivo optase finalmente por aprobar el apoyo a la compra tras las presiones ejercidas por el sector -con una fuerte implantación industrial en el país- y tras disponer del evidente efecto multiplicador de la medida en otros países que decidieron adoptarla antes que España. Sin embargo, si se analiza la totalidad de las matriculaciones, las ventas cayeron en julio cerca del 11%. El peso de las empresas de alquiler de coches en España, segunda potencia mundial turística, explican este salto. Para comprender la dimensión de este negocio, de cada 100 coches que se vendieron el año pasado, 17 los adquirieron ellas. Ese porcentaje se ha reducido en julio a un 9,2% y en algunas regiones netamente turísticas, como Valencia, ha pasado de un 41% de las ventas a un raquítico 3%.

En este caso de poco sirven las ayudas directas a la compra del Gobierno. Las empresas de alquiler no renuevan sus flotas simple y llanamente porque su actividad ha menguado por el descenso de un 12% en la entrada de extranjeros y por la escasez de financiación. Y hasta que el turismo no se reactive, las automovilísticas seguirán padeciendo la sequía en las compras de las empresas de alquiler. En este sentido, la Administración -central y autonómica- debería estudiar alguna medida en favor de las rent a car, aunque en ningún caso pasaría por ayudas añadidas para el cambio de flota. Más bien habría que enfocarlas hacia la reactivación de la demanda del alquiler, con medidas que favorezcan la mejora de la competitividad de un sector compuesto por grandes multinacionales dentro de la actividad turística, pero también por empresas nacionales y locales, que padecen la estrechez de sus mercados.

Medidas que, sobre todo, deberían llegar a tiempo. Un claro ejemplo de ello es que los concesionarios han tenido que esperar dos meses para empezar a cobrar las ayudas de 2.000 euros por coche comprometidas por la Administración. Dos meses es demasiado tiempo para las maltrechas economías de estas empresas que han tenido que adelantar 78 millones en total.

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