Lenta reposición de la confianza

El estado de ánimo de los españoles ante la situación de la economía ha mejorado sensiblemente en julio, a juzgar por la evolución del indicador de confianza que elabora el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Aunque se trata de un indicador con una masa crítica limitada, con sólo un millar de encuestas telefónicas, es una primera pista sobre la interpretación que la ciudadanía hace de la marcha de la actividad económica. El repunte de la confianza, motor subyacente del consumo y la inversión, ha llevado el índice a valores desconocidos desde febrero de 2008; pero tiene especial valor el ritmo de avance de las expectativas, que supera los cien puntos y pasa al terreno del optimismo, y que revela la percepción que los encuestados tienen de cómo será su situación particular y la de la economía en el medio plazo.

Tal termómetro muestra, como el resto de las variables de actividad, que lo peor ha pasado, y que los descensos de indicadores más sensibles se suavizarán poco a poco, hasta encontrar un punto de giro que no debería estar más allá de 2010. Para garantizarlo, las expectativas particulares deberían tener el acompañamiento de las decisiones institucionales, con señales explícitas de reformas en los mercados que eleven el crecimiento potencial de la economía y del empleo.