La dotación para insolvencias reduce un 52,8% el beneficio neto de Caja de Burgos en el primer semestre
Caja de Burgos obtuvo un beneficio consolidado neto de 33,9 millones de euros durante el primer semestre de 2009, lo que supone un descenso del 52,8% respecto al mismo periodo del ejercicio precedente, después de haber destinado al fondo de provisiones para insolvencias otros 29 millones de euros.
Esta dotación es coherente con la política de prudencia iniciada en 2007, ejercicio desde el que la entidad se viene anticipando a los efectos de la crisis económica reforzando así su solvencia.
En este sentido, el coeficiente de solvencia de Caja de Burgos-siguiendo el criterio del Banco de España-se situaba al 31 de diciembre de 2008 en el 10,7%, casi tres puntos por encima del mínimo requerido (8%) y se sitúa como la entidad más solvente de la región y entre las mejor posicionadas a nivel sectorial.
Este resultado supone un descenso del 52,8% respecto a igual periodo de 2008, lo que obedece fundamentalmente al menor nivel de las plusvalías realizadas en operaciones financieras en lo que va de año, un 64% menos. Aún así, y dentro de las negativas circunstancias del entorno, Caja de Burgos cerró el primer semestre del ejercicio con un satisfactorio avance en sus magnitudes financieras más significativas.
La gestión del negocio siguió volcada en cuatro frentes: la redistribución de la estructura del riesgo crediticio, la mitigación de la morosidad, una adecuada estructura de financiación que prolongue en el tiempo la holgada situación de liquidez de la entidad, así como el refuerzo de la solvencia y de la rentabilidad.
El volumen del activo total gestionado se incrementó en un 7,7% con respecto al de la misma fecha de ejercicio anterior, alcanzando la cifra de 12.752 millones de euros. Por lo que respecta a la inversión, el negocio crediticio presenta un leve descenso del 0,7%, alcanzando un saldo de 8.302 millones de euros.
La morosidad, en el 3,6%
Como ha ocurrido en el conjunto del sector, pero con un ritmo algo más moderado, Caja de Burgos también vio aumentar la proporción de impagos. No obstante, la morosidad de la entidad con respecto a las hipotecas sobre vivienda de particulares es bastante inferior a la mitad de la que acusa el sector.
A cierre del semestre, el índice de morosidad se situó en el 3,6% -por debajo del 4,85% del conjunto del sector-, y con una cobertura sobre activos dudosos que alcanza el 73%-por encima de la media del sector-, que ofrece holgura suficiente para absorber el deterioro esperado.
El impacto de la morosidad en el rendimiento de la inversión crediticia, el estancamiento del avance del volumen de negocio y las amortizaciones de determinados instrumentos de deuda provocaron un descenso interanual del 8,6 por ciento en el margen de intereses, al que acompaña también unos menores rendimientos contabilizados de instrumentos de capital, por la distinta distribución temporal de los mismos respecto al pasado ejercicio.
Los depósitos de la clientela alcanzaron la cifra de 7.993 millones de euros, con un avance del 17,3%, cifra que refleja que, pese a la intensa competencia, los clientes han reforzado su confianza en Caja de Burgos, entidad que durante los cuatro primeros meses del año ha liderado el ranking por depósitos a nivel sectorial.
Por lo que a empréstitos se refiere, su volumen se vio minorado en un 32%, hasta los 1.870 millones de euros, debido a la amortización de bonos producida en marzo y el retroceso que experimenta la financiación a corto plazo a través de pagarés, en favor de otra a plazos más dilatados como han sido las últimas cuatro emisiones de bonos avalados por el Estado.
Primera emisión de obligaciones subordinadas
Asimismo, y dentro del capítulo de captación de recursos, destaca la primera emisión de obligaciones subordinadas, cuyo importe, a 30 de junio, ascendía a 96 millones de euros, que además de mejorar la posición de liquidez sirve de refuerzo a los recursos propios de la entidad y refuerza la solvencia.
En cuanto a la gestión de la liquidez, durante los seis primeros meses del año Caja de Burgos realizó operaciones por importe de 1.646 millones de euros. En este sentido, la entidad burgalesa aprovechó todas las oportunidades de obtención de liquidez en los mercados en un ejercicio de responsabilidad que le permite seguir respondiendo con holgura a las necesidades de sus clientes.
Por otro lado, y consecuencia de la coyuntura, los resultados por operaciones financieras fueron notablemente inferiores a los generados en los seis primeros meses de 2008, dado que éstos dependen de la evolución de los mercados.