Los españoles reclaman más Estado frente a la crisis
Al margen de la ideología política los ciudadanos piden intervencionismo.
La recesión ha puesto de acuerdo a los españoles: la mayoría, nueve de cada diez, opina que la situación en España es grave, según un estudio presentado ayer por Mariana Szmulevicz, y Jacques Maquet, del departamento de Estudios Sociales de la Fundación BBVA. El informe, que recoge la opinión de 6.002 encuestados de mayo a julio, concluye que frente a esta situación, los españoles reclaman más Estado.
La mayoría está a favor de un modelo de economía de mercado, y siete de cada diez opina que es el mejor sistema posible, según el estudio. Sin embargo, los ciudadanos están de acuerdo, más allá de ideologías políticas, en que un modelo de Estado de Bienestar es deseable.
Los encuestadps opinan que el Gobierno debe desempeñar un papel muy activo en el funcionamiento de la economía. Siete de cada diez cree que le corresponde al Estado la responsabilidad principal a la hora de asegurar un nivel de vida digno. La mayor parte opina, además, que el Gobierno debe intervenir en mayor medida a través de acciones de estímulo a la inversión y de regulación. El consenso es generalizado también en lo que respecta a aquellas acciones que busquen incentivar la contratación laboral, regular más el sistema bancario, aumentar la inversión pública e incrementar el peso de la ciencia, la tecnología y la innovación en la economía.
Menos consenso es el que se da en lo que respecta a la intervención pública en el capital de las entidades financieras españolas en crisis, siendo minoritario el apoyo a la nacionalización de las que no se hayan visto afectadas. En este sentido, los españoles tienen una opinión formada en lo que se refiere a la quiebra de las entidades. Siete de cada diez no lo considera probable, así como tampoco ven factible la pérdida de sus depósitos. Más de la mitad de los españoles sí opinan, en cambio, que se producirán fusiones entre entidades financieras de diferente tipo y tamaño.
El estudio revela también que los españoles sienten bien de cerca la crisis: seis de cada diez dice verse afectado personalmente. Y es que los ciudadanos perciben una situación de incertidumbre tal que dos de cada diez temen perder su empleo en los próximos doce meses. Tampoco parece que se verá la luz del túnel a corto plazo: cuatro de cada diez ciudadanos opinan que la situación mejorará en de los dos próximos años, mientras que tres de cada diez cree que el plazo será aún mayor. Algo más de la mitad de los españoles, un 51%, opina que el paro es el problema más preocupante. El desempleo se posiciona, así, en a la cabeza del ranking de cuestiones que más alarman. Por detrás, la situación económica en sentido general y cuestiones que tradicionalmente han ocupado las primeras posiciones como la inmigración, la vivienda o el terrorismo. Los 4.137.000 parados, el 17,9% de la población activa, es razón de peso para que los españoles se sientan inquietos. Una preocupación que viene acompañada además de otras percepciones como el precio alto de la vivienda, la dificultad en conseguir créditos, el nivel de los salarios y la calidad del empleo. Por otro lado, la mayoría, ocho de cada diez, no cree que sea un buen momento para emprender operaciones financieras como pedir un préstamo hipotecario. Siete de cada diez tampoco cree que oportuno invertir en bolsa.
La cifra
17% Es el porcentaje de los empleados que temen perder su puesto de trabajo en los próximos doce meses
Fuertes medidas de contención del gasto
La apreciación de la gravedad de la situación por parte de los españoles se ha traducido en acciones concretas. A pesar de que la percepción en los hogares españoles es mejor que la del conjunto de la economía española (el 32% la tilda de positiva, un 42% de regular y un 25% de negativa), la mayoría dice sentirse afectado por la recesión. Cuatro de cada cinco ha tomado una serie de iniciativas con el objetivo de reducir el gasto. Las compras de productos de marca blanca encabeza el ranking: siete de cada diez de las personas que admite haber llevado a cabo algún tipo de medida anti-crisis compra este tipo de productos. La recesión ha reducido también la demanda de ocio. Tres de cada cinco españoles ha optado por disminuir su gasto en entretenimiento. Otro de los métodos habituales para gastar menos es simplemente dejar de comprar: uno de cada cinco ha dejado de consumir ciertos productos o servicios tras la irrupción de la crisis. Además, tres de cada diez ha reducido el gasto en alimentos y uno de cada cinco escoge productos nacionales. Los menos han tomado medidas como aplazar el pago de una letra o recibo pendiente, endeudarse para hacer frente a los gastos del hogar, retirar los ahorros del banco, o tomar medidas más drásticas como cambiar de domicilio porque el que tenía le resultaba excesivamente caro.