La tecnología, el mejor aliado de Hacienda
La Agencia Tributaria asignará a cada empresa una dirección electrónica para agilizar, abaratar y proporcionar seguridad a las relaciones tributarias, además de sofisticar el control de las obligaciones impositivas de las sociedades. La tecnología en general, e internet en concreto, se convierten así en los mejores aliados de la Administración tributaria en la labor recaudatoria de las actividades de las empresas. Lo que llama la atención es que este paso no se haya dado antes, cuando la Administración hacendística es una de las gestoras de servicios públicos más innovadoras de los últimos años. De hecho, es innegable que ha simplificado una de las labores más espinosas de la relación entre los poderes públicos y la ciudadanía, cual es la rendición de obligaciones fiscales de los contribuyentes, sean personas físicas o jurídicas.
El primer beneficiado de la implantación de este nuevo sistema de comunicación, que servirá de plataforma para las relaciones fiscales entre Hacienda y las empresas, será el contribuyente, siempre que el proceso vaya acompañado de una agilización de las declaraciones, los pagos y las devoluciones. Los tiempos muertos entre el hecho imponible, la declaración de rendimientos, el pago o retención y las devoluciones de las diferencias son de los más dilatados de Europa, y lo lógico es que una utilización intensiva de la tecnología los recortará y elevará la eficiencia de la Administración tributaria. Además de permitir a las personas jurídicas un mejor aprovechamiento de sus recursos financieros.
Desde el punto de vista de Hacienda, la implantación de este sistema de comunicación llega en un momento en el que unas veces por práctica habitual y otras por tacticismo coyuntural, algunos contribuyentes corporativos hacen interpretaciones no ajustadas a la realidad de sus bases imponibles, buscando beneficios fiscales que en muchos casos rayan con la elusión tributaria. La lucha contra el fraude fiscal será más fácil para la Administración con la utilización plena de las posibilidades que proporciona la tecnología, aunque la propia ingeniería tributaria vaya siempre delante de la gestión de Hacienda, incluso en el uso de medios tecnológicos.
La posibilidad de que la dirección electrónica sea utilizada de forma indistinta por todas las Administraciones tributarias, sean del ámbito territorial que sean, la convierten en la práctica en una auténtica ventanilla única para que las empresas puedan resolver todas las gestiones tributarias, prescindiendo de la obligación de proporcionar infinidad de datos por triplicado, tal como ocurre ahora. æscaron;nicamente falta que esta práctica administrativa se extienda también a los contribuyentes particulares, muchos de ellos vinculados, como perceptores por cuenta ajena de rentas, a las empresas.