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Tribuna
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Sobre íes grandes y pequeñas

Varias palabras que comienzan por la letra i tienen un significado importante para el avance de la ciencia y la tecnología en nuestro país. Las dos primeras son investigación e innovación. Es curioso que en su abreviatura coloquial: I+D+i, por investigación, desarrollo e innovación, la primera se escriba con mayúscula y la segunda con minúscula. Fuera de cualquier aspecto gramatical, parece que el inventor del acrónimo concedió más importancia a investigar que a innovar.

Es cierto que la investigación, la búsqueda de lo nuevo, viene seguida de un proceso de desarrollo de la idea inicial hasta conseguir un resultado. Innovar se entiende por poner en valor ese resultado en la industria para mejorar algo que existe. Sin investigación, por tanto, no hay innovación, pero sin ésta el mundo no se beneficiaría cuando algo nuevo y mejor existe. Ambas actividades son igualmente importantes y lo que interesa es invertir para que tengamos los mejores investigadores y los más eficaces innovadores. Yo abogo, por tanto, por igualar el tamaño de ambas íes. A esas dos palabras hay que añadir otras dos que también empiezan por i y que se entrelazan todas ellas; son interdisciplinaridad e internacionalización. La primera significa que toda investigación es hoy en día un punto de encuentro de saberes, sólo en apariencia, disjuntos.

Reconocer el valor de la interdisciplinaridad es promover la fusión de áreas del conocimiento separadas por razones administrativas o corporativas. Esto se consigue creando espacios de trabajo en colaboración en nuestras universidades y centros de I+D+I, donde especialistas en ingeniería, ciencias experimentales y medicina, por poner un ejemplo, puedan enfrentarse conjuntamente a los retos que afectan a la humanidad este milenio. Los resultados de la investigación interdisciplinar, fácil de plantear pero muy difícil de poner en práctica, serán sin duda nuevos descubrimientos y productos innovadores.

La internacionalización, finalmente, expresa que todas nuestras actividades científico-técnicas han de tener una proyección global. Hay que captar los mejores expertos y trabajar en consorcio con los grupos punteros a nivel mundial, tanto en investigación como en innovación. También hemos de exportar nuestras capacidades convirtiéndonos en operadores globales del saber. Cuatro íes que se pueden escribir con mayúscula o minúscula, pero que ciertamente anteceden palabras de gran calado.

Eugenio Oñate. Director del Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (Cimne) y catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña

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