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Diálogo social

Corbacho insta a los agentes sociales a cerrar un pacto la próxima semana

La cancelación de la reunión de ayer a instancias de la CEOE hace sospechar a CC OO que la intención de la patronal es demorar la negociación para presionar con nuevas peticiones. Trabajo espera resultados inminentes, ya que "el diálogo social no va a estar abierto toda la legislatura".

Ayer no iba a producirse ninguna reunión del diálogo social. La que estaba prevista fue cancelada la noche del miércoles a instancias de la CEOE. Pese a este hecho, los máximos representantes de patronal, sindicatos y Gobierno se encontraron. Lo hicieron en la celebración del 90 aniversario de la Organización Internacional del Trabajo. La festividad del acto no impidió que el secretario general de la CEOE y sus homólogos de UGT y CC OO aprovecharan para intercambiar documentos y posiciones (ver foto), ni evitó que los responsables del Gobierno les presionaran para cerrar un acuerdo la próxima semana.

"El lunes deberemos entrar en materias concretas", avanzó el ministro de Trabajo sobre la próxima reunión tripartita. Celestino Corbacho, que estaba dispuesto a que las negociaciones se retomaran en septiembre si el acuerdo no llegaba en julio, advirtió ayer que "el diálogo social no va a estar abierto toda la legislatura". Una suerte de ultimátum dirigido a los agentes sociales, para que la patronal entierre definitivamente su programa de máximos y los sindicatos acepten cierta rebaja de cotizaciones.

La falta de una propuesta concreta del Gobierno sobre la cuantía de dicho recorte fue lo que llevó a la patronal a cancelar la cita de ayer, según reveló José María Lacasa, que espera recibir hoy el documento. El secretario general de CEOE volvió a reclamar una rebaja de cinco puntos (17.500 millones) en las cuotas que pagan los empresarios, lo que podría hacerse, defendió, "sin necesidad de tocar impuestos".

Una afirmación discutible sobre tamaño montante, pero que Corbacho aplicará a su propia oferta, que está en una horquilla de entre uno a dos puntos de rebaja (de 3.500 a 7.000 millones). El ministro aseguró que la propuesta del Gobierno "no será compensada con una subida de impuestos" sino que consistirá en "una reestructuración interna de la Seguridad Social".

Inflexible fue también en este punto el líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, que aseveró que en plena crisis, y con la revisión del pacto de Toledo pendiente, "no es momento de tocar los ingresos del sistema". Acto seguido, Toxo acusó a la patronal de forzar los tiempos de la negociación para "mover el perímetro de los temas que se abordan", y volver a incluir peticiones descartadas, como la reforma laboral.

Crítica a la que se sumó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, quien lamentó la "incertidumbre" que está generando en la sociedad el tramo final de la negociación. Por último, advirtió que si la concertación se retrasa más tiempo "podrían generarse más problemas de los que hay, y no por parte de los sindicatos".

Aunque unos y otros restaron importancia a la cancelación del encuentro de ayer, cada vez es más complicado que el pacto social se firme antes de agosto. Moncloa mantiene sus esfuerzos por cerrar este frente. Ayer con una reunión bilateral con los sindicatos y hoy con una nueva oferta para la patronal. Lo que quede de carne irá al asador en la cita del lunes.

La OIT pide que finalice la dualidad contractual

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cumplió ayer 90 años desde su creación anunciando que asistirá a la próxima reunión del G-20, para que los países ricos y las economías emergentes "oigan la voz del trabajo decente"."Cada país encontrará su solución a través del diálogo social", manifestó convencido el director del Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT, Raymond Torres. Dirigiéndose a España, recomendó que el país acabe con la dualidad contractual que ha disparado el empleo temporal y haga más efectivo el sistema público de empleo.

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