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Tribuna
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Escuchar a todos

La propuesta no oficial de Magna, que tan sólo conocemos a través del presidente del comité europeo por medio de un borrador y por lo aparecido en algún medio de comunicación, está clarísimo que no está basada en criterios económicos ni industriales.

Además, en los planes de Magna, sería en 2010 cuando pretende hacer una inversión en la planta alemana de Eisenach, incoherente, absurda e ilógica, que no es necesaria en absoluto, conllevando también inversiones en Zaragoza para adaptar la planta para trabajar a pleno rendimiento, pero solamente con una línea de las dos que tenemos actualmente. Por otro lado, también se rumorea la intención de Magna de trasladar parte de las prensas de Zaragoza a otra planta alemana.

¿Son estas decisiones el mejor punto de partida?, ¿por qué Magna no quiere reconocer el trabajo más competitivo y los costes de logística más favorables de Zaragoza?, ¿tienen sentido estas decisiones desde una perspectiva comercial? No, desde luego que no, estas decisiones sin duda serían tomadas con criterios posiblemente con más carga política que con criterios económicos y/o industriales.

En UGT valoramos a Magna con el mismo respeto que a cualquier otro inversor que esté interesado en formar parte de esta nueva Opel. Somos conscientes de que es necesario encontrar un inversor, en caso contrario estarían en peligro muchos miles de puestos de trabajo en Europa, muchos miles de empleos en Aragón, pero estoy convencido que los criterios que adelanta, aunque no sean oficiales, de confirmarse como proyecto industrial para Figueruelas, se encontrarían con un rechazo total por parte de los trabajadores y seguramente también por parte tanto del Gobierno de España como del Gobierno de Aragón.

En UGT hemos entendido desde el primer momento que los trabajadores también tendríamos que aportar nuestro esfuerzo, nuestro sacrificio una vez más, para salvar nuestros puestos de trabajo. Hemos aceptado que no podemos estar pidiendo ayudas a los Gobiernos de los países donde hay centros de trabajo de Opel, dinero a fin de cuentas de los ciudadanos, y nosotros no hacer nuestra aportación. Los trabajadores no hemos sido culpables de la situación en que nos encontramos, pero lo cierto es que si entre todos no logramos aportar los recursos necesarios, esta empresa puede desaparecer.

Somos conscientes de todo lo expuesto y por esta razón hemos firmado en el comité europeo un memorando donde decimos tanto a Magna como a cualquier otro inversor que los trabajadores de toda Europa estamos convencidos y dispuestos a conseguir aportaciones en un plan de ahorro, pero desde UGT no negociaremos absolutamente nada si los planes que nos presente cualquier posible inversor no están basados en criterios económicos e industriales. Y esos criterios no son los que hemos visto en las intenciones de Magna.

Además, que tenga bien claro cualquier inversor que denunciaremos allí donde sea necesario cualquier proyecto industrial que no esté basado en criterios económicos e industriales.

Según aparece en los medios de comunicación hay otros inversores que están negociando con GM, desde UGT no queremos hacer ninguna valoración hasta no conocer su propuesta.

Además de Magna, de los tres posibles inversores y hasta ahora siempre a través de los medios, conocemos algunos detalles de sus planes. Todos coinciden en que es necesaria la reestructuración e incluso su alcance. Pero unos más que otros presentan aspectos socialmente más responsables y acordes con la situación real de las factorías y sus plantillas.

Ha sido la última en conocerse pero la sociedad belga RHJ aparece en algún medio de comunicación como una opción de futuro más atractiva en ese sentido que lo que conocemos de Magna. Por no conocer todos los detalles no podemos valorar su propuesta, por lo que sería conveniente que, tal como hizo Magna, RHJ nos convocara a los representantes de los trabajadores de Europa para exponernos su plan industrial.

GM Europa, con buen criterio, escuchó las recomendaciones del responsable de la sociedad fiduciaria y vistas las dificultades que surgían en la negociación con Magna, decidió escuchar las propuestas mejoradas de otros inversores iniciales. Así tuvieron cabida de nuevo en la posibilidad de formar la nueva sociedad dos inversores: RHJ Internacional, que representa en Europa al holding Ripplewood, y la automotriz china BAIC. La oferta de Fiat se mantiene aunque no ha sido mejorada desde su inicio.

Los representantes de los trabajadores hemos tenido la oportunidad de escuchar las pretensiones de Magna, en algunos aspectos excesivas por su exigencia. Sería consecuente y razonable que el resto de los potenciales inversores pudieran exponer sus intenciones y su plan industrial a la parte social.

Esperemos que GM, que también tendrá mucho que decir, llegue a un acuerdo con el inversor que presente un futuro industrial coherente para conseguir una nueva empresa competitiva y rentable, sea cual fuere el inversor finalmente elegido.

Pedro Bona. Miembro del comité restringido de General Motors Europa y secretario de UGT en la fábrica de Figueruelas

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