"Nuestra pelea es minimizar la destrucción de empleo"
El consejero de Industria aragonés ha participado en todas las reuniones sobre el futuro de Figueruelas, un proceso que arranca con la crisis de General Motors y que está a punto de finalizar con la adjudicación de Opel a alguno de sus aspirantes, entre ellos Magna, BAIC y, ahora, RHJ.
Arturo Aliaga, consejero de Industria del Gobierno de Aragón, lleva desde septiembre del año pasado entregado a salvar la planta de Figueruelas. Negociador tenaz y dotado de una gran capacidad de trabajo, considera que "peleamos para que los futuros compradores minimicen la destrucción de empleo y aumenten las inversiones. Pero las condiciones del mercado son las que son y quien se enfrenta a la realidad, acaba estrellándose".
¿Qué está haciendo el Gobierno de Aragón por Figueruelas? Venimos trabajando desde septiembre de 2008, cuando tras el récord de producción alcanzado en el año 2007, el mercado se contrajo y el recorte productivo forzó el primer expediente de regulación temporal de empleo (ERE). Cuando afloraron los problemas financieros de General Motors, se elaboró un paquete, con las ayudas estatales, un aval de 200 millones y otros seis millones para I+D+i relacionada con el nuevoMeriva, para asegurarnos la adjudicación de este modelo. Incluso nos anticipamos a las ayudas acordadas por el Gobierno alemán. Y estuvimos muy atentos para que la quiebra de GeneralMotors no arrastrara a la planta de Figueruelas. Así llegó la segregación y el proceso de venta de Opel.
¿Y cómo ve a los aspirantes a hacerse con la propiedad de Opel? Asistimos a un primer acto, en el que se enfrentabanMagna y Fiat. A los alemanes, la italiana no les gustaba, y a nosotros tampoco la fuerte reducción de capacidad que planteaba para Figueruelas. Yo tenía prevista una entrevista con los máximos ejecutivos de Fiat, pero no llegó a celebrarse porque Magna se impuso en este primer envite. Y, a partir de entonces, las reuniones las hemos tenido con este grupo.
¿Le gusta este candidato? A mí me gusta Figueruelas, porque es una fábrica excelente. Y eso he tenido que defenderlo ante Magna. Primero hubo que cambiar la visión que tenían de que esta planta dependíamos de Eisenach, cuando General Motors le había adjudicado el liderazgo en Europa. Esa batalla la hemos ganado y hemos conseguido que proyecten invertir 1.079 millones hasta 2014.
Pero reducen su capacidad de producción. Las condiciones de mercado son las que son y no se pueden producir coches si no se venden. Esa es la realidad y quien se enfrenta a ella acaba estrellándose. Lo que verdaderamente me preocupa es queMagna tiene focalizado su negocio en Rusia y la tendencia es acercar la producción al mercado. Además, Magna fabrica componentes y, en una nueva fábrica, tendría una posición protagonista.
¿Y qué se puede hacer ante esa situación? Nuestra pelea es tratar de minimizar la destrucción de empleo y maximizar las inversiones. Tenemos a favor que en Figueruelas las inversiones ya están hechas y que en Rusia hay que hacerlas. Pero Magna dice que más del 90% de los coches que se hacen aquí se exportan y que el mercado más cercano apenas supone el 5%.
La tarea de diversificar la industria
La planta de Opel en Figueruelas (Zaragoza) supone el 50% de las exportaciones aragonesas y más de 20.000 empleos si se suman los proveedores. Arturo Aliaga ha hecho de la diversificaciónindustrial uno de los ejes de su política. Una tarea extremadamente difícil en un territorio como elaragonés que sufre desde hace muchos años, la desvertebración económica. Pero la tarea de Aliaga va dando sus frutos. Aragón está liderando la expansión de la logística y su apuesta por las energías renovables se ha potenciado con la macroestación fotovoltaica instalada en el tejado de la planta de Figueruelas. La tecnología avanzada constituye un modelo nacional, con su polígono Walqa, en Huesca. Y la industria agroalimentaria está ganando muchos enteros. No todo en Aragón es Figueruelas, aunque la conserva sea muy importante.