No es tarde, todavía hay mercado
Difícil tesitura la que tiene el inversor en un mercado tan complicado como el actual. Todos damos por buena la subida de la Bolsa desde mínimos, pero algunas pocas voces como la nuestra advirtieron del peligro de la verticalidad alcanzada una vez sobrepasados ciertos niveles. Pero eso ya es historia. Desde hace semanas se viene reclamando la corrección de parte de la subida, lo que básicamente quiere decir, dejar la oportunidad de hacer plusvalías sin tener la sensación de que uno se ha bajado demasiado pronto del tren. Moverse a estas alturas de película implica no salir en la foto, y eso supone un riesgo elevado. Así, pues, la pregunta es qué hacer.
Los bancos, cuyos fundamentales no son de recuperación económica, han contribuido en exceso al alza, y fueron el principal indicador de que el mercado estaba sobrecomprado. Los inversores han premiado la relajación en los indicadores de riesgo comprando aquello que estaba más castigado. Otra señal de alerta la damos en la lectura que se haga de los multiplicadores de beneficios, ya que cabe distinguir la aportación de negocio core y el componente extraordinario, para ver cómo de visible y sano es el crecimiento.
Las estrategias sectoriales están un poco torcidas, sobre todo en relación a las utilities, pero no es tarde. Comprar negocios recurrentes que afrontan un momento de ciclo duro, pero con buenos fundamentales, con disciplina inversora, procesos de desapalancamiento todavía en ciernes y con respeto al accionista y su dividendo, es un acierto por muy abajo que estén en los rankings de revalorización. Es tiempo también de ser selectivo. El stock picking debe volver a formar parte de las estrategias, porque hay mercado para ideas buenas que se pueden comprar baratas y están soportadas en un racional claro de inversión
Alberto Roldán Navarro. Director de análisis de renta variable de Inverseguros