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Tribuna
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Todos en la misma bolsa

Con la que está cayendo en los mercados financieros, el ingenio publicitario anima a invertir en la bolsa… de la compra. Descuentos y facilidades para superar la crisis en el ámbito doméstico llenándola al menor coste. Y esa bolsa, que es de plástico, pese a su humildad, se ha convertido en el icono de la degradación medioambiental. Las de plástico afean el paisaje, deterioran los mares, matan animales y son perversamente indestructibles. Pero son útiles y, encima, las regalan. El problema es que no sabemos cómo gestionarla para que no sea el problema medioambiental en que se ha convertido.

Sólo en España se distribuyen anualmente 10.500 millones y en todo el mundo se superan varios billones. Si aquí se recicla el 10%, en el conjunto mundial apenas el 1%. Todos coincidimos en que hay un problema gordo, pues se trata de un problema de uso, de buen uso, y somos nosotros quienes las usamos, por lo que es necesario asumir que todos estamos dentro de esa bolsa y que nadie puede quedar al margen.

Pensar que el problema es sólo de la bolsa es no ver más allá de las propias narices. Nos guste o no, las necesitamos. Así que, ¿por qué no pensamos soluciones que nos involucren a todos para, entre todos, hacer algo verdaderamente efectivo? Porque me parece que está perfectamente claro que las soluciones maniqueas, "la bolsa es la culpable y deben desaparecer en dos años", no conducen a nada, si es que todavía mantenemos los pies sobre el terreno y conocemos la realidad.

Insisto en que la solución afecta a todos y es necesario actuar en diversos frentes. Uno perfectamente claro es el del impulso decidido a la fabricación y uso de plásticos biodegradables compostables. Sus posibilidades son enormes y su ventaja ecológica indiscutible y ni siquiera su mayor precio se percibe por los usuarios como un impedimento a su desarrollo.

Las estrategias fundadas en marcar una fecha de caducidad para el uso de las bolsas de plástico están condenadas al fracaso. Hay que buscar frentes complementarios, como el reciclaje que se muestra de forma evidente. Una tasa de recuperación del 10% es un fracaso en cuanto a gestión de residuos, en cambio, los consumidores de dichas bolsas pagan al punto verde 0,329 euros por kilo por el 100% de las que se ofrecen en el mercado. Es decir, recaudan 100 y se gastan 10. Sólo una mínima parte acaba en el vertedero, el resto deben convertirse en materia prima para otros productos. Muchos residuos de plástico se reciclan en un alto porcentaje, ¿por qué la bolsa no? Hay un problema de concienciación pública que hay que solventar. Hay que adoptar la reutilización y el reciclaje como conducta.

La industria también debe asumir su parte en la gestión buscada. Abanderar nuevas formas de uso y ofrecer productos que aúnen utilidad con protección ambiental. Bolsas más grandes, adaptables a múltiples usos; más resistentes. La solución vendrá por múltiples acciones que afecten a todos.

Alfonso Biel. Director general de SPhere España

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