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Luis Atienza

"La caída del consumo eléctrico no afectará a nuestras inversiones"

Tras cinco años en la presidencia de REE, el perfil de gestor de Luis Atienza se ha impuesto a otros anteriores. Ahora su reto es materializar el plan de inversiones de la compañía.

"La caída del consumo eléctrico no afectará a nuestras inversiones"
"La caída del consumo eléctrico no afectará a nuestras inversiones"Pablo Monge

Cree que el temor al recorte del plan de inversiones, aunque señala que no se va a producir, es una de las causas del comportamiento bajista de REE en Bolsa. Atienza añade que se trata de una compañía que aúna seguridad, crecimiento y un dividendo atractivo.

Con un balance negativo en el año en Bolsa, REE no parece funcionar, pese a su perfil, como un valor refugio, ¿a qué cree que se debe este comportamiento?

Hay factores que lo pueden explicar, aunque no haya razones de fondo ya que la empresa de acuerdo con sus fundamentales está claramente por debajo de sus posibilidades. ¿Qué puede estar detrás de esta situación? Una de las razones sería la percepción exagerada del riesgo deflacionario. En la medida que los ingresos de REE están vinculados a la inflación, más que a la gestión de los gastos, un posible escenario de deflación estrecharía los márgenes y afectaría a los resultados a medio plazo.

"No tenemos vencimientos de deuda significativos hasta 2012, aunque el plan de inversiones y la compra de activos requerirá de un aumento de la deuda"

Pero la realidad es que no trabajamos con esas perspectivas, sino de vuelta a tasas positivas de los precios al final de año. Además una parte de ese posible efecto se está compensando con el abaratamiento de los costes financieros por lo que nuestros resultados no se están viendo afectados, aunque sí la percepción que el mercado tiene de la empresa. Pero eso se corregirá previsiblemente en los próximos meses, y se reflejará en la cotización.

También los analistas temen por un recorte de las inversiones...

Ese sería el segundo elemento. REE es una empresa que cuenta con un programa que fija un horizonte de crecimiento muy importante para sus inversiones y, por tanto, para sus activos vinculados al plan de infraestructuras de transporte. En alguna forma, en el mercado se ha sobredimensionado el efecto que pudiera tener la ralentización de la demanda eléctrica sobre esas inversiones y, por tanto, en las proyecciones de crecimiento.

Pero no es así. Y se está sobredimensionado porque las redes de transporte de electricidad no se planifican para la demanda coyuntural sino para la estructural, y hay factores en el sector eléctrico español que son muy demandantes de esos activos. Está, por un lado, el mix de generación al que vamos, hasta el 40% de energías renovables en 2020. A eso hay que unir las inversiones por interconexiones con Francia, Portugal o Baleares, y el desarrollo de las redes para atender las necesidades del tren de alta velocidad. Estas necesidades conjuntas de inversión están ya fijadas y no tienen margen o es muy marginal de deslizamiento. En los próximos cinco años no hay posibilidad de que nuestro objetivo de 4.000 millones de inversión se reduzca, y esa es nuestra base de crecimiento. La realidad va a demostrar que esas ideas estaban equivocadas, aunque ahora no evita que jueguen a favor de la contención de la cotización.

¿Cómo está influyendo la crisis financiera en la cotización y en la composición accionarial?

Se podría hablar de varios impactos, pero un hecho que ha afectado negativamente a empresas muy estables y con ingresos recurrentes está relacionado con los procesos de liquidación rápida de activos o desapalancamiento de las entidades. Muchos inversores han tenido que desprenderse de lo que han podido, y a veces lo más fácil de vender son las empresas que tienen una buena valoración y que cuentan con liquidez en los mercados.

¿Perciben los expertos incertidumbres regulatorias?

No sería lógico. Contamos con un plan retributivo aprobado hace un año, apropiado para una empresa que realiza inversiones con un horizonte de medio y largo plazo que tardan mucho en madurar. El modelo tiene un sistema de revisión anual de los estándares, que está vinculado a la inflación. También se podrán introducir modificaciones a los cuatro años, pero su vocación es de estabilidad.

El mercado tampoco ve bien ahora a las empresas endeudadas...

La compañía tiene en estos momentos una deuda de 3.100 millones de euros, con un apalancamiento en el entorno del 70%. Pero tenemos una solida posición crediticia para las agencias de rating como empresa que tiene en España regulada más del 98% de su actividad y, por tanto, con un flujo de caja muy recurrente, centrado en su negocio principal. Su nota crediticia no se ha modificado en los últimos años.

La contracción del crédito nos ha encontrado en buenas condiciones porque no tenemos vencimientos relevantes de deuda hasta 2012, así como con una posición de liquidez que hace que tengamos las necesidades de 2009 ya cubiertas. Así ahora nuestro único reto es financiar nuestro plan de inversiones que requiere un incremento de la deuda, así como la compra de activos de la red de transporte a las eléctricas.

¿Intentan atraerse a los inversores por el dividendo? ¿Para qué tipo de accionistas puede ser atractivo este valor?

Por ser una empresa con un fuerte plan de inversiones no tenemos interés en competir por ser la empresa más atractiva en términos de rentabilidad por dividendo; nos situamos en la banda baja con las homólogas utilities europeas, éstas son menos expansivas. Respecto al Ibex tampoco hemos estado nunca en la banda alta. Nuestra política consiste en mantener el pay out, que está en el 60%, en los próximos cinco años, con lo que el dividendo aumentará en línea con la mejora de beneficios.

Somos una combinación atractiva de seguridad y crecimiento. En estos momentos todavía ese crecimiento no se refleja plenamente, pero lo hará porque los fundamentales de la empresa apuntan en esa dirección. Somos idóneos para cualquier accionista que no tenga un perfil especulativo, que quiera invertir en renta variable con un horizonte plurianual, de medio y largo plazo.

Sólo un 10% en manos de minoritarios

El porcentaje del capital en manos de accionistas minoritarios no es muy elevado; está en el entorno del 10%, señala Atienza. Afirma que en esa circunstancia se juntan varios factores, pero el más importante es que REE es una empresa relativamente nueva en Bolsa, donde ahora se cumple diez años. Indica además que al no tener relación directa con los clientes finales tiene una visibilidad más reducida ante los inversores. "No invertimos en marca por ser una empresa regulada, aunque prestamos mucha atención a la responsabilidad corporativa", dice. Pero añade que la empresa tiene cualidades, como una significativa liquidez para el que quiere comprar o vender. "La rotación es significativa y la volatilidad es moderada", añade. Otro tema que cita es que las ventas que se han realizado por parte de los accionistas, ya sea la SEPI o las eléctricas, han sido a inversores institucionales. Pero insiste en que por las características se trata de una compañía muy apropiada para el inversor privado.Por otro lado, el presidente de REE señala que, pese a que muchas entidades han tenido que deshacer sus carteras, la presencia de los institucionales extranjeros tiende a aumentar. "No vemos pérdida de apetito. Salen unos pero entran otros, aunque esos cambios dificultan el despegue de la cotización", concluye.

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