La CMT refuerza las sanciones para evitar trabas de Telefónica a sus competidores
La CMT quiere evitar que a Telefónica le compense incumplir la normativa con tal de impedir que sus rivales avancen en banda ancha. Para ello, el regulador acaba de aprobar un nuevo sistema de penalizaciones que agiliza y desatasca el anterior, para que el ex monopolio tenga que rendir cuentas de cada incumplimiento, según la resolución aprobada el pasado día 2.
Los rivales de Telefónica en el sector de telecomunicaciones siempre han mantenido que una cosa son los grandes casos judiciales o regulatorios contra el ex monopolio y otra el día a día. Y que esto último es casi más importante que lo primero, porque es más difícil de regular o de controlar, y afecta directamente a su capacidad de competir.
Desde la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) llegaron a parecida conclusión hace más de año y medio. La consecuencia fue la apertura de un proceso para agilizar y desatascar el sistema de penalizaciones que recoge la normativa para todos los retrasos, dilaciones, trabas y fallos que se producen en la relación entre Telefónica y los rivales que usan sus redes e instalaciones para dar servicio de banda ancha.
El proceso ha sido largo, pero ya tiene respuesta. La CMT ha aceptado la mayoría de las reclamaciones de los rivales de Telefónica -Vodafone, Orange, Ono, Jazztel, Euskaltel y varias patronales- y, en el consejo del pasado día 2, aprobó la modificación del sistema de penalizaciones.
"El objetivo es agilizar la operativa, porque hasta ahora estaba empantanada", explican fuentes cercanas al regulador. "Las operadoras se quejaban de que no había manera de que Telefónica pagara y que no pasaba nada si no lo hacía nunca". La nueva normativa también pretende evitar los llamados macroexpedientes, los procesos contra Telefónica fruto de denuncias de los rivales que acababan sumando decenas de quejas y que retrasaban aún más la solución del conflicto. No se trata de poner multas millonarias, reflexiona otra fuente del sector, sino de conseguir que la operativa funcione. "Este procedimiento tiende a asegurar la eficacia de las penalizaciones como instrumento fundamental para el debido cumplimiento de las ofertas mayoristas de Telefónica", señala la resolución de la CMT, a la que ha tenido acceso este periódico.
Y es que los problemas que pretende solucionar esta regulación se derivan de la obligación del ex monopolio de abrir sus redes a los rivales. Para ello, existen unas ofertas mayoristas que detallan los plazos en los que debe producirse cada actuación, para que Telefónica no se retrase en la provisión del servicio e impida a sus rivales competir con garantías en banda ancha. Desde el punto de vista práctico, se trata de una cadena: Telefónica da servicio a los rivales para que éstos consigan clientes. Si el ex monopolio pone trabas en su parte del trabajo, dificulta que los otros operadores sumen usuarios, con el consiguiente beneficio para ella.
Junto con los plazos, constan las penalizaciones que debe pagar el ex monopolio a los competidores por las dilaciones, pero las operadoras aseguraban que el sistema no estaba funcionando, lo que ponía en peligro la competencia.
Así que ahora, precisamente con el objetivo de "promover el desarrollo de una competencia efectiva", según la CMT, se cambia la regulación. En primer lugar, la comisión ha fijado mecanismos de penalizaciones automáticas y cobro inmediato, que contemplan el plazo en el que debe pagar Telefónica y el tiempo -ocho días- que tiene para mostrar su disconformidad con las cantidades que le reclaman sus rivales.
Con esta nueva regulación en la mano, también se ha establecido un comité integrado por las operadoras que dirima los conflictos entre ellas. En teoría, debería ser más rápido y ágil que el recurso al regulador. Si después de pasar por esta comisión las partes siguen sin ponerse de acuerdo, le tocará intervenir a la CMT.
Telefónica ha luchado todo lo que ha podido contra la reforma. Su principal argumento es que la CMT no tiene capacidad de intervenir en sus ofertas mayoristas cuando se traducen en contratos entre dos partes. Las penalizaciones que en ellas constan serían, a su juicio, cláusulas penales, que deberían resolver los tribunales. La CMT ha rechazado esta afirmación. Si la ley permite al regulador fijar los plazos en que se debe dar un servicio, tiene que poder vigilar y sancionar el incumplimiento. Con toda probabilidad, Telefónica recurrirá esta decisión ante la Audiencia.
Las claves
Características de la reforma
¿Quién factura? Uno de los problemas principales hasta ahora del sistema de penalizaciones era la forma de cobrarlas. En teoría, Telefónica tenía que descontar lo que le tocaba pagar de la factura que remitía al operador agraviado por los servicios mayoristas.
El afectado Telefónica era muy reacia a hacerlo, con lo que a veces el operador rechazaba la factura y era acusado de impago. Ahora será el afectado el que facture a Telefónica.
El ex monopolio se asegura el cobro con mejores avales
No todo han sido malas noticias para Telefónica en la resolución del consejo que aprueba el nuevo sistema de penalizaciones. En el mismo expediente se reforma también el sistema de avales, una vieja reclamación del ex monopolio.En este caso, el problema se le presenta a Telefónica a la hora de cobrar sus servicios. Ella adelanta la provisión, deja sus recursos a otros operadores, pero a veces se queda sin pago cuando llega el momento.Para resolver esta situación, existe un sistema de avales, que permite a Telefónica exigir una garantía previa bancaria en determinadas circunstancias. Pero, igual que sucede con las indemnizaciones, las críticas a su escaso funcionamiento eran constantes. Con la entrada en vigor de la nueva regulación, el ex monopolio necesitará menos requisitos previos para exigir la constitución de un aval, algo que considera muy importante "en las actuales circunstancias económicas". Los operadores alternativos tampoco podrán establecer condiciones que impidan o dificulten la ejecución del aval.