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Cumbre

El G-8 está dispuesto a recortar un 80% la emisión de gases hasta 2050

Las principales potencias económicas del planeta, reunidas en la cumbre del G-8, se comprometieron ayer a una reducción del 80% en las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el año 2050, con el ánimo de limitar a dos grados el aumento de la temperatura del planeta.

La cumbre de los países más industrializados del planeta arrancó en ayer en la destruida localidad italiana de L'Aquila con un avance que llama al optimismo en la lucha frente al cambio climático. Según la declaración ofrecida a última hora de la tarde, los líderes de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Japón, Canadá y Rusia, además de la Unión Europea, apoyan que el aumento de temperatura media del planeta en 2050 no supere los dos grados respecto a la vigente antes de la era industrial.

Los líderes del G-8 reiteran su "disposición a compartir con el resto de países el objetivo de recortar en un 50% las emisiones totales de gases de efecto invernadero en el citado año respecto a las de 1990". Como parte de ese objetivo, señalan que también apoyarán "el objetivo para los países desarrollados de recortar en un 80% sus emisiones". Para lograrlo, se comprometen a adoptar "medidas robustas y objetivos individuales de medio plazo", si bien exigen a los países emergentes que se comprometan a reducciones significativas.

Esta última es la parte más coja de la declaración, porque tanto China como India se oponen, de momento, a sumarse al objetivo global del 50%. Los líderes de los dos gigantes asiáticos argumentan que sus economías todavía tienen mucho crecimiento por delante, y condicionan cualquier compromiso a que los ricos los adopten ya para 2020. Los avances logrados en L'Aquila servirán de base para la cumbre sobre el clima que se celebrará en Copenhague (Dinamarca) el próximo mes de diciembre. En ella, las grandes potencias y los países emergentes buscarán un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto, que expirará a finales de 2012

El borrador de resolución redactado antes del inicio de la cumbre contenía según Reuters, varias menciones sobre la situación de la actividad global. Así, los países más ricos estiman que la economía mundial todavía se enfrenta a "riesgos significativos" que afectan tanto a la actividad como a la estabilidad financiera. El G-8 considera que las "estrategias de salida" para retirar los estímulos fiscales y monetarios sólo deberían lanzarse "una vez que la recuperación esté asegurada". De hecho, no descartan que las circunstancias puedan exigir actuaciones adicionales, aunque el primer ministro canadiense, Stephen Harper, reclamó que antes se asegure que los ya aprobados se ejecuten en su totalidad.

Error de cálculo en Japón

Los líderes de los países más industrializados son conscientes de que en la reunión celebrada hace un año en Japón minusvaloraron los problemas económicos a los que se enfrentaban, y que se recrudecieron a raíz de la bancarrota de Lehman Brothers, en septiembre.

El borrador de la cumbre no alude a la reclamación de China y Rusia de promover una nueva moneda de reserva mundial que sustituya al dólar. En su lugar, únicamente hace referencia a la necesidad de acabar con los desequilibrios en las balanzas por cuenta corriente "para garantizar un crecimiento estable y sostenible a largo plazo" en la economía mundial. El documento sí incluía una referencia a la disposición de cerrar la ronda de apertura comercial de Doha el año que viene.

Hoy se incorporarán a las reuniones los líderes de una veintena larga de países, incluidos los principales emergentes y otros desarrollados, como España.

L'Aquila servirá, así, como preparación de la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en septiembre en Pittsburgh (EE UU).

Rusia quiere un crudo entre 70 y 80 dólares

El presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, explicó al resto de mandatarios del G-8 que una encuesta entre ejecutivos petrolíferos de su país muestra que el precio "justo" del crudo estaría entre 70 y 80 dólares por barril. La portavoz de Medvedev en la cumbre, Natalya Timakova, explicó que los líderes de Italia, Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón y Canadá "estuvieron de acuerdo" con esa declaración. Además, Medvedev les explicó que resulta imposible regular los precios del petróleo a través de medidas administrativas.Según el borrador previo a la cumbre, los líderes del G-8 van a buscar acuerdos para reducir la volatilidad en los mercados energéticos, dado que "la impredictibilidad de los precios recorta la capacidad de inversión de la industria". El texto inicial no incluye, en todo caso, un rango de precios objetivo.La cotización del barril de crudo Brent, de referencia en Europa, perdió ayer dos dólares para situarse en 61, ante el incremento registrado en los inventarios de gasolina en Estados Unidos. El petróleo acumula seis sesiones bajistas consecutivas, la mayor racha desde diciembre, arrastrado por las dudas sobre la recuperación económica.

La cifra

80% es el recorte de las emisiones de gases de efecto invernadero antes 2050, acordado para lograr el objetivo global de limitar a dos grados la subida de la temperatura del planeta.

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