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Jean Louis Beffa, de Saint-Gobain

"Haremos un ajuste en España por la vía del diálogo social"

Ingeniero por la Escuela Politécnica y de Minas de París, Jean Louis Beffa es una máxima autoridad europea en materia de economía e industria. Su posición al frente de Saint-Gobain y en los consejos de BNP, GDF-Suez, Siemens o Le Monde le confiere visión para analizar las claves de la recuperación

Soltó la dirección ejecutiva de Saint Gobain en 2007, pero la opinión de Jean Louis Beffa (Niza, 1941) al frente del consejo de este gigante galo del vidrio y los materiales de construcción, con 43.800 millones en ventas anuales, siguen marcando el paso. Incluso más allá de su empresa, en campos como la banca o la energía. De hecho, el ex presidente galo Jacques Chirac le eligió en 2005 para elaborar el Libro Blanco sobre política industrial, y es vicepresidente del consejo de BNP Paribas. La Asociación Diálogo reconoció la semana pasada el papel de Saint Gobain, propietaria de marcas como Climalit, Isover o Placo, en el intercambio económico y social entre España y Francia. Precisamente, su discurso llama a fortalecer vínculos para que Europa participe en la recuperación económica junto a EE UU y China.

PREGUNTA. Se acaba de reconocer con un premio la aportación de Saint Gobain a las relaciones hispanofrancesas. ¿Qué supone para su empresa un mercado en crisis como es el español?

RESPUESTA. Llevamos 105 años de implantación [SaintGobain tiene 9.000 empleados en España] y esta es una de nuestras plazas estratégicas. Hemos jugado un papel indiscutible en la construcción y en la industria del vidrio, y luchamos por mantener nuestra posición. Es un honor que se nos valore.

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P. ¿Cree que el intercambio entre vecinos es óptimo o habría que reforzar algún capítulo?

R. Las relaciones atraviesan un momentomagnífico y la prueba es que España y Francia han colaborado en la elaboración de recetas para afrontar la crisis. No obstante, debemos profundizar en busca de una visión europea común porque necesitamos una Europa más dinámica. El periodo posterior a la crisis se significará por un escenario en el que China y EstadosUnidos mantendrán un diálogo bilateral y me temo que Europa pueda quedar excluida. Es clave potenciar fortalezas y la unidad.

P. ¿Aprecia intereses contrapuestos que puedan ser perjudiciales?

R. Efectivamente. Uno de los problemas de la ampliación de la Unión Europea es que se ha diluido el interés común. Por eso es fundamental el entendimiento entre países como Alemania, Francia y España.

P. Al margen de la crisis financiera, ¿qué problemática endógena presenta la industria?

R. Es difícil separar porque todo lo que nos ocurre tiene su raíz en la crisis financiera. Antes de nada, he de decir que el terreno ventajoso en que se movía la industria en el pasado no nos hace merecedores del castigo actual. A partir de ahí, es importante que esto no vuelva a repetirse, por lo que no podemos apoyar a quienes creen que la actual situación es episódica y que debemos mantener el modelo. Los grandes estados europeos deben actuar para implantar una regulación eficaz.

En cuanto a la situación industrial, de los 58 países en que está implantada Saint-Gobain hemos notado el enfriamiento en todos ellos salvo en la India. Teniendo en cuenta que el 80% de nuestro negocio tiene relación con la construcción, puede imaginar que en España nos hemos visto especialmente tocados. Y el otro mercado en que sentimos una fuerte caída es Reino Unido.

P. ¿Se atreve a vaticinar un calendario de recuperación?

R. Esta es una crisis de larga duración y podemos sentirnos satisfechos de haber estabilizado la situación. Ahora le hablo desde la óptica de mi empresa y de España, donde no creemos que nuestros volúmenes en 2010 vayan a subir gran cosa respecto a 2009. Y aunque asistamos a un cierto progreso en 2011, éste no será significativo. La construcción en este país está sufriendo un ajuste estructural y no volveremos a ver cifras como las de antes de 2008, especialmente en la construcción residencial.

P. ¿En estemarco, cómo reacciona Saint-Gobain en España?

R. Estamos dispuestos a adaptarnos. Una caída prolongada del 20% en el volumen de la demanda merece una reacción. Nos ajustaremos y no nos interesa diferirlo, pero lo haremos dentro de un diálogo social que atenúe las consecuencias.

P. ¿Puede aportar más detalles acerca de posibles recortes?

R. Ningún empresario adelantaría previsiones antes de firmar acuerdos.

P. Acaban de levantar un crédito por 2.500 millones y protagonizaron recientemente una importante ampliación de capital. ¿Se trata de fortalecer el balance o de salir al mercado en busca de oportunidades?

R. Apuesto por lo primero. El reto era garantizar la solidez financiera en un momento en que no se sabía bien qué camino tomarían los bancos. Se ha reforzado la financiación a largo plazo y hemos obtenido líneas de crédito a corto. Podemos afrontar el futuro aunque la recuperación sea lenta. Lo que está claro es que, durante este proceso, no abandonaremos nuestra inversión en I+D.

P. Inversión para seguir creciendo.

R. Para salir de la crisis no hay que olvidar las apuestas a largo plazo, especialmente en tecnología y productividad. También son necesarias empresas estables en las que el accionariado mantenga un buen diálogo con la gestión.

El tiempo que hemos vivido de especulación financiera tiene que terminar y debemos aprender a afrontar la dura competencia que viene de Asia.

P. En España está abierto el debate sobre la energíanuclear a nivel económico, social y político, ¿qué reflexión le merece?

R. Cuando el mundo salga de la crisis y China, junto al resto de Asia,marque el ritmo, vamos a asistir a nuevas tensiones sobre el petróleo y el gas. Ahí habrá problemas para estabilizar precios y asegurar el abastecimiento. Desde este punto de vista, cualquier tipo de energía producida en Europa tendrá un papel clave. En cuanto a la seguridad, Francia tiene larga experiencia en centrales nucleares y ha demostrado que pueden funcionar mucho tiempo en condiciones de máximas garantías. Creo que sería un error para España privarse de cualquier forma de producir energía dentro de sus fronteras. Y esta opinión no se opone en absoluto a que se realice el máximo esfuerzo en el desarrollo de fuentes de energía alternativa.

P. La cuestión es reducir la dependencia de terceros países...

R. Eso es, y me da la sensación de que se está subestimando este problema. En Francia tenemos la suerte de que Gobierno y oposición apoyan la energía nuclear, por lo que no hay debate.

Reclamación

Pregunta. Uno de los problemas que tiene la industria española es el cortoplacismo en sus contratos de energía, ¿tienen dificultad para establecer previsiones en el gasto?Respuesta Este punto es de vital importancia. Para empresas como la nuestra es fundamental conseguir contratos a largo plazo y la Comisión Europea debería fomentarlo. Cualquier política energética debe apoyarse en tres pilares: seguridad de abastecimiento, vigilancia para que las inversiones necesarias se realicen y, de cara al consumidor, contratos a largo plazo.

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