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Concurso de acreedores

La banca extranjera se opone a las medidas cautelares en Martinsa-Fadesa

Los principales bancos extranjeros que concedieron financiación a Martinsa-Fadesa se han opuesto a las medidas cautelares que dictó el pasado mes de enero el juez mercantil para evitar que se hagan con los activos aportados por la inmobiliaria como garantía del pago de los préstamos.

Según informaron a EFE fuentes jurídicas, Morgan Stanley, Shinsei Bank y Banco Itau, que suman 454 millones de euros prestados, vienen a considerar que las medidas cautelares no tienen razón de ser, ya que en buena medida se refieren a activos sobre los que no tiene competencia el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña.

Eso se debería a que parte de las garantías fueron aportadas por empresas vinculadas a Martinsa que no están declaradas insolventes y, por tanto, no pueden estar afectadas por las decisiones del juez Pablo González-Carreró.

Además, otra parte de las garantías corresponden a filiales situadas en el extranjero (en países como Rumanía, Bulgaria, Hungría, Reino Unido o México), sobre las que tampoco tiene jurisdicción, según han señalado al juzgado las entidades extranjeras, que declinaron hacer comentarios a EFE sobre el procedimiento concursal de Martinsa.

La adopción de medidas cautelares busca evitar que la banca pueda ejecutar garantías en virtud del contrato de refinanciación que firmó la inmobiliaria en mayo de 2008 y que los administradores concursales de Martinsa han pedido que se anule, lo que todavía está pendiente de sentencia.

El titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña considera que las medidas cautelares son necesarias para evitar que, si se acepta la anulación solicitada por los administradores concursales, la sentencia pueda verse "comprometida" por el hecho de que alguna entidad financiera "hubiese logrado hacer efectivas, en pago de su crédito, alguna de las garantías cuya rescisión se persigue".

Por contra, Morgan Stanley, Shinsei Bank y Banco Itau defenderían que no existió ningún peligro de demora que justificase la adopción de esas medidas cautelares sin haber concedido antes una audiencia previa para que la banca pudiera emitir su opinión.

Según los expertos consultados, la mayoría de bancos y cajas acreedoras de Martinsa-Fadesa se comprometieron ante la administración concursal a no ejecutar garantías, lo que se habría traducido en la ausencia de procesos de este tipo hasta el momento.

Otro de los puntos en los que basarían su oposición las entidades extranjeras, que representan cerca del 10% de la financiación bancaria dada a Martinsa-Fadesa, es en la falta de apariencia de buen derecho de la solicitud de medidas cautelares que plantearon los administradores concursales y que finalmente acordó el juzgado mercantil.

En este sentido, consideran que la demanda de rescisión no puede prosperar, ya que la banca no actuó de mala fe cuando refinanció a Martinsa-Fadesa.

Los administradores concursales no sólo han insistido en que la refinanciación no sirvió para evitar la insolvencia de la inmobiliaria presidida por Fernando Martín, sino que han arremetido contra las tres entidades financieras extranjeras por su "actividad totalmente dilatoria y poco colaboradora" y han pedido que sus deudas se coloquen a la cola de las posibilidades de cobro.

Una de las entidades más criticadas es Morgan Stanley, que cobró una comisión de novación por importe de 75 millones de euros por promover una refinanciación que cambió las condiciones del acuerdo firmado en 2007 entre la inmobiliaria y la banca.

En su escrito, Morgan Stanley defiende su buena fe al señalar que ha sido una de las entidades que renunció a las garantías reales, como habían pedido los administradores concursales.

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