El desempleo rebaja el optimismo en EE UU
Los brotes han perdido verdor. La destrucción de 467.000 empleos en junio ha superado los datos de cualquier mes de las recesiones de 2001, 1990 y 1980. Incluso descontando la posible distorsión en las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales, esto demuestra que la recesión no ha tocado fondo aún. Los mercados, las estimaciones de presupuesto y los tests de estrés quizás han sido demasiado optimistas.
La caída del empleo ha sido más alta de lo esperado y ha invertido lo que parecía una tendencia a la mejoría. La cantidad de puestos de trabajo perdidos en EE UU en los últimos 12 meses -5,66 millones en total- supone casi el doble de la siguiente mayor caída registrada, los 3,17 millones de empleos destruidos en los 12 meses anteriores a septiembre de 1945, consecuencia de la reducción de la actividad relacionada con la guerra.
Comparada con las últimas recesiones estadounidenses, la nueva cifra parece particularmente extrema. En las tres últimas crisis, los máximos mensuales de destrucción de empleo fueron más pequeños que el de junio. El crecimiento de la población activa puso la mayor caída mensual del empleo de la recesión de 1980 por encima de la de junio en términos reales, pero la cifra sostenida de destrucción de empleo desde el inicio de la crisis financiera el pasado otoño no tiene precedentes desde la Gran Depresión.
El dato indica que la actividad económica va aún cuesta abajo. El 40% que la Bolsa ha subido desde mayo resultaría ser más optimista de la cuenta, igual que las suposiciones del Tesoro de EE UU sobre los tests de estrés de los bancos. La peor de las predicciones del Tesoro para el segundo trimestre era una media del 8,8% de paro, frente al 9,4% actual, y un máximo de 10,4% para finales de 2010.
Existe una implicación todavía más importante para el presupuesto federal, enviado al Congreso el 7 de mayo. Predijo un desempleo del 8,1% para el último trimestre de 2009 y una media anual de 7.9% para 2010. Ambas cifras parecen ahora demasiado bajas, y sugieren que las estimaciones de déficits federales, situadas en 1,84 billones de dólares en el ejercicio hasta septiembre de 2009 y 1,26 billones para el próximo año, se quedan bastante cortas.
El dato del empleo de junio puede ser revisado, y sin duda contiene una distorsión sustancial. Sin embargo sugiere que la economía no ha tocado fondo todavía.
Por Martin Hutchinson