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Transportes

Reino Unido nacionalizará la principal línea férrea del país tras fracasar las negociaciones con National Express

El Gobierno británico nacionalizará durante al menos un año la principal línea de ferrocarril del país tras el fracaso de la renegociación del contrato de concesión, después de que la compañía National Express anunciase que no puede asumir los 1.400 millones de libras que le cuesta la conexión de la costa Este.

A pesar de constituir el servicio que más beneficios genera y la más utilizada por los viajeros, el titular de Transportes, Andrew Adonis, anunció hoy una decisión "altamente lamentable" que no implicará la imposición de un límite económico, puesto que el Gobierno pretende garantizar el correcto funcionamiento de la línea que une Londres con Edimburgo.

Las negociaciones en las que National Express aspiraba a renegociar la concesión se rompieron la pasada semana y la empresa anunció que a final de año traspasará nuevamente el servicio al Estado, una vez agotadas sus reservas económicas. Por su parte, el Ejecutivo tratará de buscar una nueva compañía que se haga cargo.

Al respecto, el responsable de Transportes subrayó que la Administración "no está preparada para renegociar" concesiones férreas y advirtió que no está dispuesto a "rescatar compañías incapaces de cumplir sus compromisos". "Si lo hiciese así, todas las demás querrían lo mismo", asumió, tras lo que consideró "posible" que el Gobierno se hiciese cargo de las otras dos concesiones gestionadas por National Express.

Así, los términos del acuerdo firmado por la propia compañía permite al Ejecutivo recuperar aquellas en las que las compañías presenten impagos, una situación que ha acontecido en el caso de la línea este donde, según el ministro, "la compañía ha dicho que no compremetería recursos adicionales". "Lo que supone no cumplir con los términos del contrato", aseveró.

En consecuencia, el Gobierno deberá abonar "lo que sea para asegurar que el servicio continúa" y aseguró que todos los tíckets adquiridos tendrán validez, que no habrá supresión de servicios y que la plantilla continuará. En este contexto, el propio director ejecutivo de National Express, Richard Bowker, ha renunciado, si bien la compañía negó que su marcha esté relacionada con la mala situación financiera.

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