El Senado rechaza el techo de gasto para 2010 y lo devuelve al Congreso
El Pleno del Senado rechazó hoy el techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2010 y el objetivo de estabilidad presupuestaria para el trienio 2009-2012, gracias a los votos del PP, PNV y Esquerra Republicana. El texto contó con 125 votos en contra, 9 abstenciones y 118 votos a favor.
En concreto, el texto del Gobierno contó con 119 votos en contra del Partido Popular, cuatro de ERC y dos del PNV, que suman los 125 totales. En cambio, votaron a favor 100 senadores del Partido Socialista, diez de los socialistas catalanes, dos de Coalición Canaria y los seis senadores que forman el Grupo Mixto. Finalmente, se abstuvieron los siete senadores de CiU, uno de la Entesa y uno del BNG.
El Gobierno consiguió salvar el primer trámite parlamentario de los Presupuestos en el Congreso de los Diputados el pasado jueves a pesar de las críticas de los partidos, pero acaba de recibir el primer rechazo político en el Senado tras repetirse las votaciones de la semana pasada.
De esta forma, el límite del gasto financiero, que el Ejecutivo situó en 182.439 millones de euros para la elaboración de los PGE del año que viene, regresará al Congreso de los Diputados previsiblemente la segunda semana de julio, donde el Gobierno sólo necesitará mayoría simple para garantizar la aprobación del mismo.
Esto provoca que el voto negativo del Senado suponga un varapalo político para los socialistas, pero sin consecuencias prácticas, gracias a que el Ministerio de Economía y Hacienda incluyó una disposición adicional en el proyecto de Ley de los Presupuestos de 2005 en la que especificaba que, en caso de rechazo del techo de gasto por parte del Senado, la propuesta se remitiría nuevamente al Congreso, que podría ratificarlo o levantarlo con mayoría simple.
Como consecuencia, los segundos presupuestos de la segunda legislatura del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los primeros desde que estallara la crisis económica comienzan su tramitación parlamentaria con un claro rechazo en el Senado, tal y como ocurrió en 2006 y el año pasado, cuando los votos del PP se unieron a los de ERC e ICV para rechazarlo.