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Finanzas

La crisis dispara la mora en créditos al consumo

Los impagos en préstamos de consumo alarman, mientras que la morosidad en tarjetas prácticamente se ha duplicado en 12 meses.

La morosidad en productos vinculados con el consumo, como los préstamos personales y las tarjetas de crédito o de pago aplazado, se han convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para las entidades financieras españolas.

Sin haber digerido aún los daños causados por el fuerte crecimiento de los impagos en el sector inmobiliario, sobre todo en el segmento de promotores, la banca está sufriendo ahora el azote de la mora entre los particulares. "Hay segmentos que están entrando en mora con los que no se contaba, como algunos créditos que se han concedido muy recientemente", reconocen en un banco. Una inesperada sorpresa que ha pillado a muchas entidades con el pie cambiado.

Según los últimos datos del Banco de España, el porcentaje de impagados en créditos para la adquisición de bienes de consumo duradero se situaba en marzo en el 7,33% -3.699 millones de euros del total de préstamos de esta categoría-, frente al 5,3% de diciembre y el 2,99% de finales de 2007. Supone casi el doble de la morosidad media total, del 4,27%.

Estos préstamos, que no incluyen los destinados a financiar gastos como viajes o imprevistos, representan prácticamente la mitad del volumen de financiación para consumo -50.493 millones de euros, de los 98.282 millones en vigor-, por lo que las cifras de morosidad se pueden extrapolar al conjunto de los créditos personales.

Bancos y cajas

Al contrario de lo que sucede en el negocio de promotores, aquí quien se llevan la peor parte los bancos, con una morosidad que en el primer trimestre alcanzaba ya el 8,23%, 2,68 puntos más que en diciembre y 5,08 puntos más que en marzo de 2008. La filial de consumo de Santander, por ejemplo, ha pasado de contar con una morosidad del 3,15% al 4,64%, muy por encima de la media de la entidad en España, del 2,35%.

En las cajas, sin embargo, la mora en consumo se había estabilizado el pasado mes de marzo en el 3,81%, un porcentaje que supone duplicar la cifra de un año antes cuando ascendía al 1,6%.

El motivo de esta brecha entre bancos y cajas es que los primeros han sido tradicionalmente más activos en la financiación de la compra de vehículos, una actividad que aglutina en torno a dos tercios del volumen en préstamos consumo.

La ratio de mora de las cooperativas está en el 6,23% y la de los establecimientos de crédito, donde se computan financieras como El Corte Inglés u otras grandes superficies, en el 9,78%.

Un panorama similar se vislumbra en tarjetas. Su mora casi se ha duplicado en los últimos 12 meses. Según los datos de Equifax, que ha realizado un estudio a partir de los datos de las principales entidades financieras del país, los impagos se han incrementado en medios de pago un 76,99% entre mayo de 2008 y el pasado abril, al subir de 801 millones de euros a 1.418 millones. Pero no es el único indicador preocupante: el volumen de recuperaciones de fallidos también se ha reducido en este periodo desde el 14,03% hasta el 4,93%.

Las entidades denominadas monoproducto, es decir aquellas dedicadas en exclusiva a la comercialización de tarjetas, han registrado el mayor incremento en términos de deuda, con un aumento del 94,4%. Le siguen las financieras de consumo, con subidas del 74,5%, y bancos y cajas, del 63,8%.

"Si alguien ha perdido su trabajo o ha visto reducido su nivel de ingresos prefiere dejar de pagar el préstamo y mantener la tarjeta, un instrumento de pago que permite tener una determinada cantidad de dinero a crédito cada mes", explican en el sector financiero.

También influye que en España aún no se ha extendido el uso de las tarjetas de pago aplazado o revolving, un segmento en el que es más habitual que las tasas de morosidad se disparen, sobre todo en tiempos de crisis. Las tarjetas revolving, muy populares en países como Estados Unidos, consisten en el cobro aplazado del crédito a través de una cuota mensual fija, pero el tipo de interés que se aplica puede rondar el 20% en algunos casos.

En total, en España hay en estos momentos 99,6 millones de tarjetas en circulación (esta cantidad incluye débito y crédito), según las cifras que maneja el Banco de España, lo que supone una media de 2,6 tarjetas por cada habitante con más de 16 años.

Expectativas

Los expertos esperan que la subida de la morosidad se agudice en los próximos meses, tanto en préstamos como en tarjetas, debido a las desfavorables expectativas de empleo -la tasa de paro roza ya el 20%-.

"Desde que se produzcan los primeros brotes verdes en la economía hasta que esto se refleje en el consumo pasará un tiempo, aunque menos que en el negocio hipotecario. Esperamos que la morosidad se siga deteriorando en el segmento de préstamos personales y tarjetas", explica un directivo de una entidad financiera.

Añade que el problema es por cuánto tiempo se mantendrá esta situación y en qué magnitud empeorará. "Las entidades más grandes pueden asumir una caída de entre el 10% y el 20% del negocio en consumo porque pueden compensarlo con otras actividades, pero las más pequeñas no". De momento, reconoce que la banca se ha visto obligada a encarecer los costes de los créditos, cuyo interés medio roza el 11%, para asumir los riesgos en morosidad.

Flexibilidad en los pagos

Para contener esta preocupante escalada de los impagados, las entidades financieras han puesto en marcha una batería de medidas con el mismo patrón que el utilizado en las hipotecas. "Tenemos gestores especializados y medios técnicos que permiten detectar alertas y asignar un tratamiento personalizado a cada caso. Caixa Galicia ofrece a los clientes, a través de estos gestores, fórmulas flexibles adecuadas a la capacidad de pago de cada cliente", aseguran en la caja gallega.

El protocolo de la banca establece que durante los primeros meses, normalmente hasta el segundo mes de impago, las sucursales serán las encargadas de gestionar la cartera de clientes bajo sospecha. Pero, a partir de ese momento, entra en acción el equipo de recuperaciones, unas unidades que se están potenciando en los últimos meses con el objetivo de optimizar la gestión de estos potenciales créditos dudosos.

La prioridad en estos momentos es detectar con la mayor prontitud posible los clientes que hayan dejado de afrontar de manera puntual el pago de sus deudas, para evitar que pasen a engrosar la lista de morosos, ya que la normativa es más exigente en el calendario de provisiones en estos casos que en el de hipotecas.

Una vez que saltan las alarmas, las entidades afirman estar dispuestas a flexibilizar las condiciones. Ofrecen desde la rebaja de la cuota mensual hasta el alargamiento de la duración del préstamo. Todo lo que esté a su alcance para evitar entrar en engorrosos y largos litigios legales. Como en las hipotecas, la normativa indica que un crédito debe computarse como moroso cuando han pasado tres meses de incumplimiento de pago.

Pero también extremar las precauciones en los criterios de concesión de los créditos, lo que ha llevado a un brusco descenso de la actividad en consumo. En el primer trimestre del año, el volumen de préstamos del total sistema descendió un 3,95% respecto a diciembre, hasta situarse en 98.282 millones de euros, y un 5,34% en tasa interanual. Los destinados a la compra de bienes duraderos bajó un 6,8% entre diciembre y marzo, mientras que el crédito concedido para otras finalidades cayó sólo un 0,56%.

"Proponemos al cliente una reordenación de su deuda personal aportando mayores garantías y alargando el plazo de amortización, tratando de reducir siempre la cuota a pagar. En las nuevas operaciones, la financiación está dirigida a clientes solventes con suficiente capacidad de pago para atender las cuotas", señalan en Ibercaja.

Rodrigo Cury, responsable de activo de no hipotecario y tarjetas de Barclays, afirma que su entidad ha llevado a cabo "modificaciones en los modelos de scoring para adaptarlos a la actual situación, y los ratios de solvencia fueron revisados. El principal cambio está en reforzar los canales tradicionales de venta, principalmente en lo que se refiere a los procesos de admisión". Añade que, en el caso de Barclays, sí que se ha percibido un ligero incremento de la mora en los últimos 12 meses, pero también una cierta estabilidad en esta ratio desde el pasado enero.

Desde Sabadell también se muestran optimistas con la evolución de la morosidad. "En nuestra entidad se sigue manteniendo por debajo de la media del sector. Podríamos estar hablando en el conjunto de productos equivalentes que incorporan préstamos al consumo y tarjetas en marzo de 2008 de niveles cercanos al 1,15% y en el mismo mes de este año del 2,15%", afirma Albert Figueras, director de medios de pago y financiación al consumo de la entidad catalana.

Actividad

 

Volumen: El importe en créditos al consumo ha caído drásticamente con la crisis, hasta situarse en los niveles más bajo desde el segundo trimestre de 2006. A finales de marzo, el saldo vivo en este tipo de préstamos se cifraba en 50.493 millones en la categoría de créditos para la adquisición de bienes duraderos y 47.788 millones para los destinados a otras finalidades.

Impagados: Los bancos cuentan ya con 27.555 millones en préstamos de consumo para la compra de bienes duraderos, frente a los 13.112 millones de las cajas.

El tipo de interés medio roza ya el 11%

Dinero más caro. El encarecimiento de los costes como consecuencia de la escalada de la morosidad ha disparado el interés que la banca aplica a los créditos al consumo, a pesar de que los tipos oficiales en Europa se encuentran en mínimos históricos del 1%. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, bancos y cajas cobraban de media un tipo de interés del 10,61% en abril, frente al 10,48% del mismo mes de 2008, por lo que la brecha con el precio oficial del dinero es ahora de 9,61 puntos. Esta subida contrasta con la evolución mantenida por el coste de los préstamos para la adquisición de vivienda, que se ha reducido notablemente en los últimos meses gracias a las continuas rebajas en los tipos oficiales. De esta manera, el tipo de interés medio de los créditos vinculados a la vivienda ha pasado del 6,21% en octubre del pasado año, justo cuando el BCE anunció el primer descenso del precio oficial, hasta el 3,55% de abril.Pero no se utiliza el mismo baremo con todos los clientes, sino que éste va en función de la vinculación del cliente, siendo más barato y accesible para aquellos que tengan domiciliada la nómina. Sabadell comercializa en estos momentos el Crédito Auto, con un tipo de interés del 7% para aquellos clientes que tengan la nómina en la entidad y contraten un seguro de coches. Como parte de la promoción, Sabadell regala además una tarjeta Solred cargada con 400 euros para gastos en gasolina. En el resto de financiaciones, la entidad también aplica un interés por debajo de la media, del 8,5%.Una de las estrellas de esta temporada, en parte por los estímulos y ayudas puestas en marcha por el Gobierno, son precisamente los créditos diseñados para la adquisición de un vehículo. Caixa Galicia cuenta con dos préstamos personales de este tipo: uno a tipo fijo del 8,5%, a un plaza máximo de 96 meses, y otro a tipo variable (7% el primer año y euríbor más 4,75% el resto) a un máximo de 10 meses. En ambos casos, la campaña es para personas que se acojan al Plan 2000E.

Un amplio abanico de condiciones en los préstamos

 

Comisiones. Mientras que las compras a plazo no conllevan ninguna comisión, al margen del tipo de interés que aplique el establecimiento, en los préstamos al consumo las entidades financieras suelen cargar un porcentaje en concepto de apertura y de cancelación. Estas comisiones pueden situarse entre el 1% y el 2% sobre el volumen total del préstamo. En las tarjetas, tanto de débito como de crédito, la banca también cobra una cuota anual, aunque en muchos casos éstas se eliminan si el cliente lo negocia.

Vinculación. Las entidades financieras establecen importantes diferencias entre los clientes que tienen la nómina domiciliada y los que no. La mayoría cuenta con préstamos preconcedidos para los primeros, con unas condiciones más favorables. El Crédito Nómina de BBVA, por ejemplo, ofrece un tipo de interés del 0% durante el primer año y el de Banesto durante los seis primeros meses.

Importes. El límite en los créditos al consumo suele rondar los 60.000 euros, aunque la media se sitúa muy por debajo de esta cantidad. Respecto al plazo, la banca suele establecer un máximo en el periodo de amortización de diez años.

Medios de pago. En los últimos años han proliferado en España las tarjetas de crédito affinity. Su uso está ligado a la obtención de descuentos en determinadas compras, como la gasolina, o el regalo de puntos canjeables por viajes en avión en algunas compañías aéreas. Con la crisis, el uso de las tarjetas de débito y crédito ha descendido. Según los datos del Banco de España, el gasto con tarjeta en el primer trimestre del año cayó en los comercios un 5,93%, hasta los 20.823 millones de euros. Sin embargo, el número de operaciones permaneció estable, al alcanzar las 472.258, lo que supone que lo que ha menguado es el importe medio de cada transacción.

Regalos. Algunas entidades ofrecen regalos por la contratación de una tarjeta, además de la cuota anual gratis durante el primer año. Sabadell obsequia un reloj Marithé François Girbaud en sus tarjetas revolving si el gasto en verano supera los 1.000 euros.

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