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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Citi, la enfermedad y los síntomas

Ahora que el doctor House ha abandonado la pequeña pantalla, ojalá que sólo durante unos meses, conviene recordar algunas de sus lecciones. Ni la ira que le invade cuando se confunde enfermedad con síntoma.

Por ejemplo, ayer los blogs, páginas web y agencias de noticias rebotaban cual pinball la noticia, no confirmada por la entidad, de que Citi estudia elevar un 50% el salario base de sus directivos, que se verían compensados por la pérdida de bonus. Citi recibió 45.000 millones de dólares en fondos de los contribuyentes de EE UU. En otras firmas del mercado las cúpulas también están planteando subidas del salario para sus directivos.

Hasta qué punto esta decisión puede considerarse un insulto a la sociedad o una retribución justificada es cosa de cada cual. La lectura es lo relevante: O en el mundo financiero las cosas se ven tan mal que se ha optado, directamente, por el pillaje mientras se esté a tiempo o hay una fatal confusión entre enfermedad y síntoma.

El síntoma es lo que ha pasado desde 2007 o 2008 -cada cual que ponga el punto de inicio donde quiera-. La enfermedad es más grave si cabe; la enfermedad es un sistema financiero que ha demostrado una espectacular eficiencia tanto para generar beneficios de corto plazo como para hipotecar al mundo durante generaciones. Las subidas de sueldo o las encendidas defensas de las bondades del mercado OTC no son sino pruebas de la candidez con la que autoridades están abordando este tema.

Algo parecido cabría decir de la economía española, pues por doquier se confunde la enfermedad con el síntoma. La baja productividad, la temporalidad, la negativa contribución del sector exterior, la dependencia del ladrillo... Todos estaban ahí desde hace años; la estructura económica estaba ya corroída. El paro masivo, lo que vemos hoy es el síntoma. Pero ni la neumonía se cura bajando la fiebre ni el problema de la economía española se limita a su mercado laboral. Y ni mucho menos se soluciona con un decreto que abarate el despido. nrodrigo@cincodias.es

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