_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El sector agrícola, un universo ignorado

Aunque los inversores se interesan desde hace tiempo por las materias primas agrícolas, han pasado por alto el universo de inversión formado por el sector, desde producción y acondicionamiento de alimentos hasta transporte. Sin embargo este sector presenta características de crecimiento dada su importancia cada vez más crucial para el futuro de la humanidad.

De hecho, el sector agrícola parece indispensable para responder a las necesidades primarias de las poblaciones y debe seguir creciendo considerablemente dada la evolución de la demanda. Así, nuestro planeta está habitado actualmente por 6.400 millones de personas y las proyecciones sitúan la población en 8.000 millones en 2025 y en 9.000 millones 15 años más tarde. Esto significa que hay que alimentar a 80 millones de personas más cada año, con un aumento equivalente en el consumo, en particular verduras, legumbres y cereales.

Al mismo tiempo la aparición de clases medias cada vez más numerosas en los países en desarrollo se traduce en cambios de hábitos alimenticios. Así, a medida que aumentan sus ingresos diversifican su nutrición con productos de origen animal y grasas vegetales. Sólo en China el consumo medio de carne ha pasado en pocos años de 100 a 142 gramos diarios -aún lejos de los 350 gramos en EE UU-.

A ello se añade que el sector se ha caracterizado por un largo periodo de escasa inversión, teniendo en cuenta que de la granja al plato del consumidor hasta un 40% de la producción puede perderse por la falta de mecanización y condiciones inadecuadas de transporte y almacenamiento, acondicionamiento y procesamiento. Ello sin hablar de la práctica inexistencia de reciclaje de desechos vegetales, mientras que el acceso al capital es limitado en un sector que sufre de fuerte fragmentación y en el que aún pueden alcanzarse grandes economías de escala.

En este contexto puede definirse un universo de inversión formado por sociedades con capacidad para proporcionar soluciones al sector agrícola en mecanización, impacto ambiental, protección de cultivos, mejora de rendimientos y disminución de pérdidas a lo largo de toda la cadena de suministro. Este universo está formado a escala mundial por 650 compañías cotizadas. No obstante, los instrumentos financieros relacionados con materias primas básicas como cereales deben excluirse, pues su evolución depende de factores políticos, económicos y financieros radicalmente distintos.

Al mismo tiempo, contrariamente a ciertas creencias, determinadas empresas activas en biocombustibles pueden resultar muy atractivas, en particular, aquéllas que no influyen en el precio de los cereales u otros alimentos, como los que se fabrican a partir de la caña de azúcar o celulosa.

En este universo se observa una caída en las cotizaciones de más del 50% de media desde septiembre de 2008. En otras palabras, el mercado infravalora la importancia estratégica del sector agrícola, que ofrece hoy en día excelentes puntos de entrada, teniendo en cuenta las perspectivas de crecimiento, débil apalancamiento y fundamentales firmes dadas la demanda mundial de productos alimenticios. De hecho, el sector agrícola presenta una excelente diversificación en términos sectoriales, geográficos y de tamaño de empresas con exposición del cien por cien a esta actividad, que combina perspectivas prometedoras y puede contribuir a la prevención de problemas relacionados con la penuria alimentaria en el mundo.

Denis Schmidli. Senior Product Manager de Pictet Funds

Archivado En

_
_