_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Bicefalia en la banca

A los banqueros les gusta hablar sobre cómo uno más uno son tres. Pero a veces en los bancos de inversión, uno más uno es igual a sólo uno. Morgan Stanley, Credit Suisse y UBS han remplazado sus directores únicos de banca de inversión en Asia por parejas en el espacio de un par de semanas. La decisión de Goldman Sachs de no sustituir su saliente codirector de Fusiones y Adquisiciones, dejando a un único banquero a cargo de la oficina de Asia, parece que no está, en comparación, verdaderamente a la moda.

El modelo de codirección tiene un buen historial en la banca de inversión. Duplicar el cargo puede tranquilizar a los clientes de que no habrá un agujero en la franquicia cuando una persona de peso deje el cargo. Cuando Matthew Ginsburg, de Morgan Stanley, uno de los banqueros expatriados que más tiempo han servido en la región, tomó el barco de vuelta en junio para fichar por Barclays Capital, el hecho de reclutar a dos sustitutos compensó generosamente a los clientes por sus pérdidas. Asimismo, UBS no se quedó en la estacada cuando el veterano Rob Rankin se fue, para más tarde aparecer en el Deutsche Bank como jefe ejecutivo en Asia.

La estructura de dos directores funciona mejor en algunos mercados que en otros -en regiones como Asia es perfecto-. Más manos hacen más ligero el trabajo cuando los banqueros emplean más tiempo en planes que lo que hacen sobre el terreno.

Una pareja también trabaja mejor cuando cada parte lleva diferentes tareas. Goldman Sachs se ha cuidado de conseguir que sea apropiado. Tengamos en cuenta a Richard Gnodde y a Michael Sherwood, los notablemente distintos codirectores de los negocios europeos de Goldman. Gnodde es el apropiado hombre que atrae negocios, Sherwood el genio de las operaciones cotidianas. Los negocios de valores de Goldman no tienen más que cuatro codirectores.

Pero más a menudo, los codirectores son una chapuza, diseñados fundamentalmente para prevenir que un perdedor abandone.

Codirigir puede valer la pena, pero necesita ser manejado cuidadosamente para que los socios no se pisen el uno al otro. Este riesgo es especialmente alto cuando los tiempos son duros. Un reducido mercado de fusiones y adquisiciones sugiere que Goldman puede ser prudente al volar con un solo piloto. Como para la banca de inversión en su conjunto, si los negocios empeoran en lugar de mejorar, Credit Suisse, UBS y Morgan Stanley podrían encontrarse con que tener codirectores es no tener dirección.

John Foley

Archivado En

_
_