Sarkozy basa en la inversión y la deuda pública su estrategia para salir de la crisis
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, trazó hoy en un simbólico discurso pronunciado ante el Congreso reunido en Versalles las grandes líneas estratégicas para salir de la crisis y las perspectivas de futuro del país.
El mandatario galo puso el acento en la inversión y anunció una emisión de deuda pública destinada bien a los franceses o a los mercados financieros y cuyas condiciones concretará el Gobierno una vez definidas las prioridades. "No sacrificaré la inversión, porque sin inversión no hay futuro", defendió.
Tras advertir de que la crisis no se ha terminado ni sabemos cuándo lo hará, alertó de los riesgos del inmovilismo, reiteró su apuesta por un cambio en el modelo de crecimiento y se mantuvo firme en la necesidad de seguir adelante con las reformas acometidas hasta ahora.
Tampoco cedió en su visión sobre la política fiscal y, pese a admitir el serio problema que tiene Francia con su déficit -que según las últimas previsiones gubernamentales puede dispararse este año hasta el 7,5% del PIB- dejó claro que no baraja ninguna subida de impuestos ni política alguna de austeridad.
Como se esperaba, Sarkozy avanzó igualmente que a mediados de 2010 se adoptará una decisión sobre la reforma de las pensiones y que se revisará todo el sistema, incluyendo el retraso en la edad de jubilación, que en Francia está desde 1982 fijada en los 60 años.
"Considerar la crisis como un paréntesis que se cerrará pronto, hacer como si todo volverá a empezar como antes, con los mismos criterios y métodos, sería un error fatal. Nada será ya como antes", alertó Sarkozy, que apeló al consenso para vencer las tradicionales resistencias al cambio con las que se han encontrado todos los Gobiernos de Francia, independientemente de su color político.
"Al obligarnos a revisarlo todo, al sacudir los dogmas y las certezas, la crisis nos hace más libres para imaginar otro futuro", lanzó el jefe del Estado ante cerca de 900 parlamentarios y en presencia del Gobierno y de su esposa, Carla Bruni, que siguió su discurso desde la tribuna de invitados. "Lo que no hagamos ahora no lo haremos más tarde", insistió tras hablar de "oportunidad histórica" para afrontar el futuro.
Durante los 43 minutos que duró su intervención puso de relieve que, si bien los valores franceses han estado durante años a contracorriente, la crisis ofrece la oportunidad de que vuelvan a ser una referencia, ahora que el mundo es consciente de que la lógica mercantil está agotada y que hay que poner la economía "al servicio del hombre y no a la inversa".
Así pues, se mostró convencido de que el modelo de crecimiento de mañana deberá cambiar porque las formas de producción y consumo se verán radicalmente transformadas por la revolución ecológica y la digital. En este nuevo modelo de crecimiento que Francia quiere liderar Sarkozy plantea dar más espacio "al trabajo, a los emprendedores, inventores, creadores y a la producción".
La polémica del burka
Sin abrir el debate sobre la discriminación positiva, destacó que la igualdad no se logrará basándose en criterios étnicos -que sería contrario a los principios republicanos- sino sobre criterios sociales, y que esa será la prioridad del próximo Gobierno.
Sarkozy terció igualmente en el polémico debate abierto sobre el burka que, a su juicio no es un "signo religioso" sino un "signo de esclavitud y sumisión" que atenta contra "la dignidad de la mujer" por lo que adelantó que esta prenda que usan algunas mujeres musulmanas para cubrirse de pies a cabeza "no será bienvenida" en Francia.
"No podemos aceptar en nuestro país mujeres prisioneras tras una rejilla, alejadas de toda vida social, privadas de toda identidad. No es la idea que la República francesa tiene de la dignidad de la mujer", dijo entre aplausos.
Internet
También fue claro al dar su visión sobre los derechos de autor. "Iré hasta el final", dijo en alusión a la llamada ley Hadopi que penaliza las descargas ilegales en Internet. "Al defender el derecho de autor no defiendo solamente el derecho artístico, defiendo la idea de una sociedad de libertad fundada en el derecho del otro y el futuro de la creación", argumentó.
Por otro lado, propondrá a los agentes sociales adoptar medidas masivas a favor de la actividad parcial, que los despidos por razones económicas mantengan el salario y la formación durante un año y que, en lugar de resignarse a que la crisis provoque "exclusión, desesperanza y sufrimiento" se invierta en la formación para mejorar la competencia de los recursos humanos.
Otra de las apuestas de Sarkozy fue ir lo más lejos posible con la 'ecotasa', convencido de que cuanto más se grave la contaminación más se podrán aliviar los gastos que pesan sobre el trabajo.
Remodelación
Le puso también fecha a una anunciada remodelación gubernamental prevista tras las elecciones europeas y que finalmente será este miércoles. El nuevo Gabinete tendrá como primer cometido reflexionar sobre las prioridades nacionales y concretar la mencionada emisión de deuda para financiarlas.
Estas prioridades se consensuarán con el Parlamento y los agentes sociales, con quien Sarkozy se comprometió a hablar a principios de julio. Responsables económicos, personalidades del mundo de la cultura, de la investigación y de la educación serán igualmente consultados.
"Tengamos el valor de cambiar. Somos un viejo país en un viejo continente con una vieja civilización. La Historia nos ha enseñado mucho. Cuando Francia está convencida de que todo es posible ha sido grande. Cuando ha empujado hacia el futuro, ha sido la más fuerte", concluyó.