Subirse al tren digital
Afortunadamente 2009, más allá de la famosa crisis económica que se extiende a nivel mundial, vendrá acompañado de otros acontecimientos históricos, sin duda, más positivos y que marcarán un antes y un después en muchos ámbitos de la actividad profesional. En este sentido, y desde el punto de vista tecnológico, cabe destacar la transición de las transmisiones analógicas a las digitales o, lo que es lo mismo, el archiconocido apagón analógico -o, como nosotros denominamos encendido digital- que en España se producirá el 3 de abril de 2010 y que dará paso a un nuevo modelo de televisión.
Según el Plan Nacional de Transición para la Implantación de la TDT aprobado por el Consejo de Ministros el 7 de septiembre de 2007, el próximo 30 de junio se inicia la primera fase del apagón analógico. En esta primera fase, más de 1.250 municipios, unos 5 millones de habitantes, dejarán de recibir la señal analógica en sus televisores. La segunda etapa del proceso, que culminará el 31 de diciembre, implicará el paso a la TDT de 8 millones de espectadores.
Así las cosas, parece cuanto menos extraño que más de la mitad de los hoteles ubicados en España no se hayan preparado aún para el inminente cambio, lo que supone un verdadero reto para sus alojamientos. Quizá sea un problema de desconocimiento o, tal vez, consecuencia de la actual coyuntura económica que estamos atravesando y que hace que el no hay presupuesto se instale, por sistema, en uno de los sectores que más aporta al producto interior bruto de nuestro país.
A día de hoy, nos resulta extraño comprobar que se implantan soluciones para salir del paso. Simples parches que no hacen sino encarecer el inevitable proceso. Un proceso, dicho sea de paso, fácilmente asequible desde el punto de vista económico, apenas 0,23 euros por habitación y día. Una de estas soluciones de urgencia ha sido la incorporación de un descodificador de TDT sobre la cabecera de la televisión del hotel. Con esta medida, lo único que se consigue es acceder a un mayor número de canales, pero sin el conversor oportuno, se pierde una de las principales ventajas que aporta el sistema: la interactividad.
La TDT del futuro permitirá a los huéspedes acceder a cualquiera de los servicios que presta el hotel a través de la televisión. Es decir, podrán reservar mesa en el restaurante, adquirir el greenfee para jugar al golf, o coger cita para el spa. Pero además, podrán acceder a otros servicios adicionales, por ejemplo, contratar una excursión turística por la ciudad, sacar entradas para cualquier espectáculo, reservar un coche o consultar la reserva de un vuelo. Hay por tanto, en muchos casos, un error de concepto en la industria hotelera que sigue viendo la televisión digital terrestre únicamente como un instrumento para acceder a un montón de canales y no como una auténtica herramienta para generar oportunidades de negocio, algo estratégico, especialmente en tiempos de crisis.
Javier Mendoza. Director general de IT Hotel