Los bancos reclaman al Gobierno que el nuevo fondo de ayuda no dañe la competencia
Los bancos reclamaron ayer al Gobierno que el nuevo fondo que va a aprobar para apoyar al sector financiero no distorsione la competencia. Algunos de los primeros directivos de Popular y Santander se mostraron convencidos de que el nuevo instrumento funcionará, pero exigieron ciertas cautelas en su aprobación.
Los principales banqueros del país miran al FROB con una mezcla de miedo y anhelo. El nuevo Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria, que estará dotado de 9.000 millones y podrá endeudarse por otros 90.000, puede ser una buena herramienta para pilotar la reconversión del sector, pero también puede introducir importantes distorsiones en la competencia.
Tanto el presidente Banco Popular, Ángel Ron, como el vicepresidente del grupo Santander, Matías Rodríguez Inciarte, se pronunciaron ayer sobre el Real Decreto que el Gobierno va a aprobar para ofrecer un nuevo balón de oxígeno para el sector. Durante unas jornadas financieras organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, ambos mostraron su aprobación con las líneas generales del proyecto, pero descartaron que sus respectivas entidades vayan a utilizar el nuevo instrumento.
El primer ejecutivo de Popular reclamó especialmente, que el FROB actúe con la máxima transparencia. "En el caso de que haya entidades que requieran de la ayuda pública, ésta debe cumplir con principios de transparencia, para evitar que se distorsione la competencia. Tan sólo se debe ayudar a entidades a las que se exija su reestructuración", explicó. Ron exigió para este proceso una correcta asignación de los recursos públicos de una forma no indiscriminada.
El banquero reconoció que "en el caso español, es evidente que hay demasiadas oficinas bancarias que no aguantan un proceso de estrechamiento de márgenes por la caída del euríbor y de menor demanda de crédito que provocará menores ingresos, pero el proceso de reestructuración no es sencillo".
Un decálogo para el FROB
En esta misma línea se pronunció el vicepresidente del grupo Santander, Rodríguez Inciarte, quien aseguró que las medidas avanzadas la víspera por la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, le parecían las adecuadas. "En general las medidas me parecen correctas y, si cumplen con las recomendaciones fijadas por el Congreso de los Diputados, no parece que vayan a afectar a la competencia del sistema financiero español", agregó el directivo de Santander.
Inciarte desgranó una serie de principios que, a su juicio, debería respetar el fondo. En primer lugar, incluir programas de recuperación para aquellas entidades que, pese haber sido socorridas, aún sean viables. Esto pasaría por poner en marcha planes de reestructuración que eliminen el exceso de capacidad en segundo lugar, que el nuevo instrumento no imponga una recapitalización global del sistema, el conocido como manguerazo (una posibilidad que, según reconoció el lunes Salgado, el Gobierno había llegado a plantearse).
El banquero también incidió en que las inyecciones de capital público no dañen la competencia y que incluyan planes claro de salida del FROB en el capital de las entidades. Por último, advirtió de que habrá que evitar que las entidades que reciban ayudas relajen su política de concesión de créditos.
El grupo Santander ha sido una de las voces más críticas con las ayudas públicas concedidas a grandes bancos internacionales. Según explicó ayer Inciarte, el respaldo estatal con que cuentan ahora muchas entidades europeas (y citó el casó de Royal Bank of Scotland o ING) les permite obtener fondos en los mercados mayoristas en condiciones muy ventajosa.
La jornada anterior, el presidente de BBVA, Francisco González, también advirtió contra esta distorsión de la competencia que se está introduciendo en el sistema financiero internacional. El directivo recordó que "los gobiernos han inyectado capital público a los bancos por más de 400.000 millones de euros".
El nuevo protagonismo del ICO
El presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Aurelio Martínez, llamó ayer la atención sobre el papel protagonista que está desempeñando desde el comienzo de la crisis el organismo que dirige. En su opinión, las líneas de financiación intermediadas por la institución están contribuyendo a paliar la falta de financiación de familias y empresas.Según sus cálculos, el saldo agregado de crédito vivo crecerá hasta el próximo mes de agosto en tan sólo 8.000 millones, respecto a un año atrás, la misma cantidad que ha prestado el ICO durante ese periodo.