Capitalización y supervisión en la UE
El Fondo Monetario Internacional ha advertido a la Unión Europea del retraso en el cumplimiento de una parte de los compromisos adquiridos en la cumbre del G-20 en noviembre de 2008, en Washington: la recapitalización de la banca en cantidad suficiente como para restablecer la confianza de los mercados interbancarios y retomar la concesión del crédito. Mientras EE UU tiene ya identificados la mayoría de los activos tóxicos y recapitalizadas las entidades tras las pruebas de estrés, Europa ha caminado menos. La sospecha de que hay activos dañados ocultos en instituciones de economías de primer nivel sigue rondando el mercado, y las operaciones de préstamo en el interbancario salen a cuentagotas.
España, que es de las economías con un sistema más aseado, está acelerando estas semanas, una vez superadas las elecciones europeas, los mecanismos para hacer frente a una reestructuración, sobre todo de las cajas, considerada como imprescindible. Pero Alemania ha aparcado el problema y Francia no ha dado pasos ejecutivos en la materia. Pero a la pasividad de Europa en la recapitalización de sus entidades se une también la incapacidad para determinar una fórmula consensuada para supervisar las entidades, sobre todo las de carácter sistémico y transnacional. La UE debe apremiarse para garantizar la recuperación económica.