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Los mitos del 7-J

El furor analista de las elecciones del 7-J ha generado ya algunos mitos que conviene desterrar cuanto antes.

Mito nº 1: Viene la ultraderecha, ¡qué miedo! Algunos analistas aseguran que los extremistas han conseguido nada menos que ¡120 escaños! La cifra parece salir de la suma de los 35 eurodiputados de Europa de las Naciones (partidarios de devolver poderes a los Estados), los 19 de Independencia y Democracia y una buena parte de los 93 parlamentarios que, de momento, no están adscritos a ningún grupo político. Pero la alarma resulta infundada o, al menos, ampliamente exagerada.

Los Nacionalistas e Independencia y Democracia, por lo pronto, no son todos de extrema derecha. Y, además, no han subido sino que han bajado nueve y tres escaños respectivamente.

El temor es aún más infundado en cuanto al grupo de Otros, donde el grueso son formaciones tan poco extremistas como los conservadores británicos (25 escaños) y el Partido Democrático de Romano Prodi (22 escaños). En Otros también figuran, de momento, los 9 escaños del partido del exprimer ministro checo Mirek Topolanek, el escaño del partido de Rosa Díez o el de Los Piratas de Suecia. En resumen, la extrema derecha sigue siendo residual y su único avance sorprendente ha sido en Reino Unido, donde han logrado dos escaños.

Mito nº 2: Los Verdes se convierten en fuerza de referencia. Es cierto que el grupo liderado por el carismático Daniel Cohn-Bendit ha subido de 43 a 50 escaños. Pero no ha logrado convertirse en la tercera fuerza del Parlamento, posición que seguirán ocupando los Liberales, a pesar de que han bajado de 99 a 80 escaños. Los ecologistas, por tanto, tendrán en la próxima legislatura un protagonismo similar al anterior. Que no ha sido poco, por cierto.

Mito nº 3: La socialdemocracia desaparece de Europa. Quizá es el mito más cercano a la realidad. El Partido Socialista Europeo ha perdido casi un 25% de su representación parlamentaria y, por número de escaños (161) ahora está más cerca de los Liberales (80) que de los Populares (263). Pero los resultados de éstas elecciones no se prestan a una extrapolación que permita deducir que en todos los países donde se ha impuesto el PPE, los conservadores lograrían ahora mismo una victoira en unas elecciones nacionales. Se trata de comicios muy diferentes tanto por el sistema de elección (proporcional en alguos países), como por la tasa de participacíon (que en muchos casos no llega ni a la mitad de la que se registra en votaciones nacionales) o la dinámica de la propia convocatoria (que por sí misma no supone el relevo de ningún gobierno). De modo que el Parlamento Europeo ha dado un giro a la derecha. Pero falta por ver si ese giro se produce también los 27 países de la UE. La primera prueba de fuego serán las elecciones de septiembre en Alemania. Seguro que la canciller Angela Merkel afrontaría esa convocatoria con más tranquilidad si el hundimiento de la socialdemocracia fuera realidad y no sólo un mito.

Foto: Cartel de Sarka Cepelalova delante de la sede de la Comisión Europea (B. dM., 8-6-09)

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