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Reino Unido

Brown sólo remodela su Gobierno pese a las insistentes peticiones de dimisión

El pésimo resultado del laborismo en las elecciones locales y los previsibles malos datos en las europeas, junto a la dimisión de seis ministros, precipitaron el viernes una remodelación del Gobierno británico.

La dimisión de seis ministros (Interior, Gobierno Local, Defensa, Transportes, Trabajo y Europa) en la última semana obligó el viernes al primer ministro británico, Gordon Brown a improvisar una remodelación en profundidad de su gabinete. Intentó con ello acallar las voces que, tanto desde la oposición como desde el propio Ejecutivo, exigían su propia dimisión, tras el reciente escándalo por el uso de dinero del contribuyente por cargos públicos para financiar gastos privados.

A la presión desde las filas de su propio partido se han unido los malos resultados obtenidos en las elecciones locales del jueves. Los correspondientes a las elecciones europeas celebradas en Reino Unido también el jueves no se conocerán hasta el domingo por la noche, pero todo apunta también a un descalabro de los laboristas, que podrían quedar relegados al tercer o cuarto lugar. Los primeros resultados de las locales apuntan en esa dirección. Al cierre de esta edición se habían escrutado los votos de 22 de 34 condados y el Partido Laborista quedaba relegado a la tercera posición. Una proyección realizada por la cadena BBC mostraba al Partido Conservador como claro vencedor de las elecciones municipales.

En este escenario, Brown tuvo que adelantar al viernes la remodelación del Ejecutivo, en el que permanecerán sus ministros más fieles ante el peligro inminente de derrumbe. De hecho, un buen número de diputados laboristas, entre ellos la mayoría de los ministros que renunciaron a su cargo, firmaron una carta solicitando su dimisión inmediata y la necesidad de impulsar la renovación en el Partido Laborista.

Algo a lo que se negó el propio Brown, que insistió el viernes en que sigue siendo la persona idónea para servir al país y superar la crisis económica. "Si no creyera que soy la persona idónea al frente del equipo adecuado para enfrentarme a estos desafíos, no estaría aquí", dijo en la rueda de prensa posterior a la remodelación. Pero su autoridad ha quedado dañada en un momento en el que el Reino Unido se encuentra inmerso en la peor recesión en 60 años y los mercados financieros buscan señales de un gobierno fuerte. Ese cambio en profundidad del Ejecutivo no ha estado exento de obstáculos. Brown ha tenido que mantener en el cargo al ministro de Finanzas, Alistair Darling, a quién quería sustituir por una persona de su entorno (Ed Balls), ante la posibilidad de que la hemorragia abierta en el laborismo no pudiera cerrarse.

Uno de los papeles protagonistas en el nuevo gabinete lo jugará Alan Johnson, que ha pasado del Ministerio de Sanidad al de Interior. Figuraba en las quinielas como uno de los favoritos para sustituir a Brown en caso de que decidiera dimitir.

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