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Columna
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Atasco en el sector automovilístico

El momento parece idóneo para otro acuerdo entre automovilísticas. Fiat ha sido rechazada por el Gobierno alemán en su carrera por Opel y está buscando nuevos amigos. Thierry Peugeot, jefe de la familia que controla y da nombre a la empresa francesa, parece estar apuntando un cambio de comportamiento al decir que está abierto a alianzas o fusiones el mismo día en que Philippe Varin asume la dirección de la compañía. ¿Aprovechará el jefe de Fiat, Sergio Marchionne, la oportunidad para reavivar la fusión entre ambas automovilísticas? No aguanten la respiración.

Un pacto para crear la mayor montadora de coches de Europa por delante de Volkswagen ha parecido una buena idea durante tres décadas. Las discusiones en este sentido entre Fiat y Peugeot se han sucedido desde 1978, cuando ambas marcas establecieron una joint venture en furgonetas ligeras.

Pero Thierry Peugeot sumó dos condiciones a su puerta abierta a la discusión sobre fusiones. En primer lugar, quiere que la francesa mantenga su independencia. Y en segundo lugar, querría que la familia Peugeot tuviesen una participación de "referencia" en la nueva compañía. El actual 30% es, a su juicio, la buena opción. Pero también destaca que en el pasado la porción de los Peugeot llegó a caer hasta el 21% después de un gran trato, que podría volver a darse. La familia Agnelli, por contra, parece dispuesta a reducir su 30% de control sobre Fiat.

En el escenario de una posible fusión ambas familias reducirían sus participaciones hasta un 15% de la nueva entidad, presuponiendo que el valor de las operaciones de coches de Fiat está entre los 5.500 y los 6.000 millones de euros. Esto parece poco para los Peugeot, y definitivamente no les daría el liderazgo.

Peugeot no tiene necesariamente en mente a Fiat cuando habla de fusiones. Industrialmente hablando, se trataría simplemente de una operación de recorte de costes. Pero a nivel estratégico emparejaría a dos compañías similares y resolvería pocos de los males de Peugeot, por ejemplo su posición en los mercados emergentes. En este sentido, una alianza con una compañía japonesa como Mitsubishi sería más complementaria.

La automovilística francesa sólo tomó de París 3.000 millones de euros en ayudas a cambio de comprometerse a no cerrar fábricas en territorio nacional. A nivel financiero, las acciones de Peugeot se han doblado en lo que va de año, y sus propietarios puede que crean que aún subirán más.

Todo esto permite pensar que la familia Peugeot se tomará su tiempo antes de escoger pareja.

P. Briançon y R. Sanderson

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