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Florentino Pérez

Un retorno 'galáctico'

El presidente de ACS volverá a convertirse el lunes en presidente del Real Madrid. Si logra que el equipo funcione como su empresa, el año que viene hay Liga.

Test de reflejos: póngale nombres y apellidos a cinco candidatos a las elecciones europeas. ¿Difícil? Probemos con otros comicios: diga quién se convertirá el lunes casi con total seguridad en presidente del Real Madrid. Esta vez casi nadie se equivocaría. Pocos empresarios españoles han gozado de tanta popularidad como Florentino Pérez Rodríguez (Madrid, 1947). El rostro del presidente de ACS pasó a formar parte del imaginario colectivo gracias a su etapa al frente del club merengue (2000-2006), durante la que se gestó el llamado equipo de los galácticos. Sin duda una de las mejores plantillas que han pisado el Santiago Bernabéu.

Se le apodó el Rey Midas porque saneó las cuentas que le legó su antecesor, Lorenzo Sanz. Y por hacer del Real Madrid un club de referencia a nivel mundial, cuyo modelo de gestión revolucionó el mundo del fútbol. El madridismo le instaló en el Olimpo del club, reservado sólo para personajes de la talla de Santiago Bernabéu o de Alfredo di Stéfano. Ahora se espera de Pérez que construya un equipo capaz de hablar de tú a tú con el Barça tricampeón, que le devuelva el brillo a la constelación madridista. Y que ponga fin a la esperpéntica etapa de Ramón Calderón y Vicente Boluda, que ya ha pasado a la historia como el presidente del chorreo.

Dicen que el universo se originó con una gigantesca explosión. En el caso de Pérez, su imperio empezó con unos pocos duros. Los que empleó en 1983 para comprar a peseta la acción junto con unos compañeros su primera empresa, Construcciones Padrós, que arrastraba una deuda importante. Tras asentarla adquirieron con el tiempo tres compañías más y luego se fusionaron con Ginés Navarro, lo que dio lugar a ACS. La compra de Dragados acabó de modelar las dimensiones actuales de la compañía.

Mucho ha llovido desde entonces, pero Pérez, como el cosmos, sigue expandiéndose. Preside la mayor constructora del país y la segunda del mundo, y su compañía ha aumentado beneficios en un 118% durante el primer trimestre del año, pese a la caída generalizada del sector. A ello ha contribuido la cartera de obra civil y la actividad como constructor internacional, aunque también los ingresos derivados de la venta del 35,3% de Fenosa.

Aunque Pérez es sinónimo de solvencia en el mundo de la empresa y del fútbol, sus inquietudes le llevaron a explorar otras galaxias. Tras una breve etapa como docente, este ingeniero de caminos, canales y puertos se metió de lleno en política. Ingresó en la extinta UCD y, tras desempeñar cargos de responsabilidad en el Ayuntamiento de Madrid, fue director general de Infraestructura del Transporte y luego presidente de Iryda. El fracaso de UCD en las generales de 1982 acabó con la agrupación. Entonces se embarcó en el Partido Reformista Democrático, también conocido como operación Roca -en referencia a su principal valedor, Miquel Roca i Junyent-, que fracasó estrepitosamente en las elecciones de 1986.

Las estrellas liberan constantemente energía, que las hace brillar durante millones de años. Salvando las distancias temporales, algo parecido pasa con Florentino Pérez que, según dicen los que le conocen, es un trabajador incombustible. Tiene que serlo para haber compaginado durante seis años la dirección de una compañía del tamaño de ACS y del entonces mejor equipo del mundo. Dicen, por ejemplo, que nunca deja de contestar llamadas y SMS, ni siquiera durante las comidas con amigos.

¿Cuál es el secreto de la buena estrella de este empresario? Los que han trabajado con él destacan, además de su olfato para los negocios, su facilidad para convencer a la gente, cualidad que parte de la seguridad que tiene en sí mismo y de la defensa a ultranza de sus decisiones.

También se destaca de Pérez que, gracias a la confianza que le tienen los accionistas de ACS -entre los que se encuentran los March y Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los Albertos- es de los pocos timoneles de empresa sin mentalidad cortoplacista, cosa que le permite ser más perseverante y diseñar estrategias más consistentes en el tiempo. Otros subrayan su habilidad para las relaciones públicas y el hecho de estar muy bien relacionado. Aunque hay quien dice que es más afable en los actos públicos que de puertas para adentro.

En cualquier caso, los que se consideran amigos de Pérez le ven como una persona educada, atenta y con un sentido del humor muy desarrollado. Mantiene la calma en todo momento, pero cuando se desespera se le ve muy vulnerable. Como se comprobó en Son Moix en 2006, cuando el Madrid perdió 2-1 ante un Mallorca que hacía cuatro meses que no ganaba en casa. Esa misma noche tomó la decisión de abandonar la presidencia del club. Es un hombre hecho a sí mismo y, pese a poseer la sexta fortuna de España, según la revista Forbes, es tremendamente austero. Uno de los pocos placeres que se permite es navegar en su yate, anclado en Palma de Mallorca. Entre sus aficiones, viajar los fines de semana con la familia y como no, el Real Madrid.

Florentino Pérez se propone volver a la conquista del espacio, que hoy por hoy es de color azulgrana. Alumbró hace no tanto la última etapa dorada del Madrid. Llegó al club con Luis Figo bajo el brazo, hizo un gran fichaje por año y apostó por el marketing y por fomentar la imagen internacional del equipo. ¿Cómo recuperan las estrellas su brillo? Seguro que Pérez tiene su propia respuesta a esta cuestión. Veremos en qué resulta su nueva aventura galáctica.

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