La flamante y peligrosa sede de la Comisión
La pesada burocracia de la Comisión Europea volvió ayer a demostrar que sabe poner los pies en polvorosa cuando hace falta. Por segunda vez en sólo 10 días, el organismo comunitario evacuó en sólo unos minutos su mastodóntica sede del Berlaymont en Bruselas, de 13 plantas y con capacidad para 2.700 funcionarios. La ordenada estampida de la semana pasada se debió a un incendio todavía no aclarado. Ayer la alarma se disparó por una fuga de agua caliente en una tubería. El incidente abortó una rueda de prensa del mismísimo presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, que abandonó el estrado visiblemente contrariado. No es para menos. La flamante sede fue renovada hace sólo cinco años con un coste multimillonario. Y parece que ya hace aguas. Por fortuna, de momento, sin causar víctimas mortales.