"Abramovich no nos coge el teléfono"
El mayor fabricante mundial de tuneladoras, la alemana Herrenknecht, está que trina. En marzo de 2008 festejaba el mayor encargo recibido jamás en su sector: una máquina de 19 metros de diámetro valorada en 100 millones. La orden partía del magnate Román Abramovich, quien pretendía hincar el diente a grandes obras en Moscú y San Petersburgo.
Un año después muchas de las grandes inversiones rusas se han aplazado y en la sede de Herrenknecht no tienen noticia del propietario del Chelsea. "Le llamamos, pero no nos coge el teléfono. Creemos que está de crucero", según dijo hace unos días el encargado de hacer la tuneladora a un grupo de directivos de constructoras españolas. El diseño ya ha engullido dos millones y el proyecto se ha congelado hasta que localicen al empresario ruso.