Se buscan buscadores
Parece que se multipliquen de repente los buscadores de internet. Microsoft desvelará pronto Kumo, su último esfuerzo para luchar contra el dominio de Google en el sector. Mientras, Wolfram Alpha y Newssift están intentando dar con nichos seguros y rentables para las búsquedas con la especialización como valor añadido. Desgraciadamente, a los supuestos rivales de Google les ha ido mejor generando humo que obteniendo resultados significativos.
Los esfuerzos de Microsoft para enfrentarse a Google empiezan a parecer quijotescos. Ha estado desvelando a lo largo de los años nuevas iniciativas de búsqueda, aunque su share del mercado estadounidense ha caído recientemente hasta menos del 10%, según Comscore. El de Google es de un 64%. Las nuevas características que se rumorea tendrá Kumo suenan evolucionadas, pero no radicales.
La aproximación más prometedora es concentrarse en los nichos que Google pasa por alto. El nuevo buscador de Wolfram Alpha pretende responder dudas técnicas y científicas. Suena prometedor, ya que su fundador, Stephen Wolfram, desarrolló el aplaudido Matemática. El método de Wolfram Alpha también suena impresionante: el sitio web usa algoritmos e interroga bases de datos de alta calidad para computar las respuestas a las preguntas.
Desafortunadamente, los resultados no son sentencias, incluso en su supuesto punto fuerte: las ciencias y las matemáticas. Escriban segunda derivativa y la web no responde. La Biología tampoco es su especialidad. Tecleen perro y obtendrán una impresionante lista de estadísticas acerca de la especie canis lupus. Los perros son ciertamente una subespecie de los lobos, pero los chihuahuas no pesan tanto como una persona ni tienen un rabo de más de medio metro.
Newssift, el sitio especializado para la búsqueda de noticias lanzado por el grupo Financial Times, ofrece una serie de indicadores visuales para bucear en noticias especializadas. Desafortunadamente, los resultados aparecen muy dispersos.
Todo esto podrían ser males menores, pero si no se consigue un buen producto en poco tiempo, a Google le será muy fácil igualar o superar la oferta de sus incipientes competidores. Y la historia no le deja mucho margen al optimismo. Cuil, por ejemplo, lanzada por ex trabajadores de Google, no podía ni localizarse a ella misma en la red. Y no ha conseguido evolucionar.
El problema no son los nuevos buscadores o el pedigrí de sus creadores. El problema es que, si así lo quisiese, Google les puede eliminar de un plumazo. Y esto puede resultar ser un quebradero de cabeza para los reguladores del mercado. A todo esto, los aspirantes a rivales siguen buscando en Google la página web que les diga cómo competir contra ésta.
Robert Cyran