La crisis provoca una avalancha de ventas y cierres de Sicav
Corren tiempos difíciles para las sociedades de inversión. Hasta 63 sociedades de capital variable se han dado de baja en el registro de la CNMV en los últimos 12 meses, aquejadas por el abrupto descenso del patrimonio así como por las necesidades de liquidez de sus propietarios.
El 27 de octubre de 2008, Formentera Ahorro Sicav envió un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunciando su transformación en sociedad anónima de régimen común. La razón esgrimida era que en ese mes se cumplió un año durante el cual la sociedad tuvo su patrimonio por debajo del límite legal, 2,4 millones de euros, debido a "la bajada de los valores en Bolsa".
Formentera Ahorro solicitaba, por tanto, darse de baja de cualquier registro de la CNMV. Y como ella, otras 62 sociedades de inversión han solicitado la baja de dicho registro, bien porque se han transformado en sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, bien porque directamente han optado por la disolución.
Estas 63 Sicav equivalen al 1,8% del universo español de sociedades de inversión, que según los últimos datos disponibles en la CNMV, en septiembre de 2008, eran poco más de 3.300. No obstante, en el último año se han creado otras 80 sociedades nuevas. Las Sicav constituyen uno de los vehículos favoritos de inversión de los grandes patrimonios, porque gozan de una tributación reducida en el Impuesto de Sociedades del 1% del beneficio.
El patrimonio ha caído el 14,2%, hasta algo menos de 26.000 millones
Aunque son diversos los factores que han provocado el cierre de muchas Sicav, el que subyace bajo todos ellos es la crisis financiera. "Se está produciendo una bajada importante", reconoce Pablo Torralba, director de la oficina de Madrid del banco privado Edmond de Rothschild. "Muchas sociedades han caído por debajo del patrimonio mínimo a consecuencia del desplome de las Bolsas", continúa. El patrimonio bajo gestión de las Sicav españolas se situó a cierre de abril en 25.907 millones de euros, lo que representa una caída del 14,24% con respecto al año anterior.
Una de las razones que explican la liquidación de Sicav obedece a la necesidad de liquidez de muchos empresarios, sobre todo inmobiliarios, que se han visto obligados a inyectar el patrimonio personal en sus propias compañías, acuciantes de capital circulante. "También se han utilizado muchas Sicav como garantía para el negocio inmobiliario", comenta Íñigo Susaeta, socio de la división de grandes patrimonios de Arcano. "Estos activos ya no valen lo que valían y los bancos han ejecutado las garantías".
Este experto matiza que, además de la solicitud de baja ante la CNMV, bien por transformación en sociedad anónima, bien por liquidación, se han producido bastantes ventas de Sicav entre grandes patrimonios, lo que evita los costes de disolución y acorta los plazos para obtener liquidez, que en el caso de una liquidación puede prolongarse varios meses. "Hay todo un mercado secundario de Sicav", afirma Jacobo Zarco, socio de Atlas.
Un vehículo que ha ido perdiendo atractivo
Las sociedades de inversión de capital variable vivieron su edad dorada a finales de la década de los noventa y comienzos del siglo XXI. Muchas grandes fortunas optaron por este vehículo para canalizar sus inversiones en virtud de la fiscalidad favorable, el 1% en el Impuesto de Sociedades al tener la condición de instituciones de inversión colectiva, así como porque permitían la compra venta de activos dentro de la sociedad sin tener que tributar por ello hasta la venta de las participaciones del vehículo o el pago de dividendo de la sociedad.Sin embargo, su atractivo disminuyó en el año 2003, cuando la reforma fiscal permitió el traspaso de un fondo a otro sin tributar hasta el reembolso total de las participaciones.Muchos patrimonios crearon Sicav exclusivamente para optimizar el pago del Impuesto de Patrimonio y de Donaciones y Sucesiones. El primero, estatal, tiene hoy día un tipo impositivo cero, y el segundo también en según qué comunidades autónomas. Todo lo cual ha disminuido su atractivo."El seguro de vida domiciliado en Luxemburgo e Irlanda ha ido ganando atractivo", explica Jacobo Zarco, socio de Atlas Capital. "En primer lugar porque el seguro de vida es inembargable, con lo que si tu empresa quiebra no pueden ir contra su patrimonio personal. En segundo lugar, porque los seguros registrados en Irlanda y Luxemburgo están fuera del balance de las aseguradoras, con lo que si éstas quebraran el patrimonio personal no se vería afectado", añade este experto.