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Previsión

La Caixa prevé que el déficit corriente en España baje al 5% del PIB este año

Fin de los excesos. Los quince años consecutivos de crecimiento que experimentó la economía española desde la crisis de 1993 han sido el caldo de cultivo perfecto para un crecimiento sin precedentes del déficit corriente, que mide la diferencia entre el ahorro y la inversión en España, financiado desde el exterior. Este indicador tocó máximos en el segundo trimestre de 2008, en el que llegó al 10,5% del PIB, impulsado por una aceleración de la inversión, que subió a tasas anuales del 15%, gracias a las facilidades para financiar la deuda de hogares y empresas.

Sin embargo, ese ciclo de bonanza ha acabado con la llegada de una coyuntura mundial en la que se han unido una fuerte desaceleración económica, un estancamiento de los flujos de capital y un recorte en el acceso al crédito. Así lo asegura el próximo informe del servicio de estudios de La Caixa, que señala que el fuerte desequilibrio que presenta la economía española "debe corregirse en los próximos años". De hecho augura que la diferencia entre ahorro e inversión se situará a finales de año en el 5% del PIB, un nivel que se mantendrá también en 2010.

"Los datos acumulados del déficit durante doce meses ya muestran una reducción del mismo de un punto porcentual durante los dos últimos trimestres", señala el informe, que apunta que la reducción podría haber sido mayor si no se hubiera acudido a las subastas de liquidez del BCE, "que han permitido satisfacer una parte de la necesidad de financiación externa, aunque a expensas del aumento del peso de la financiación a corto plazo".

Descenso en la recaudación

En opinión del servicio de estudios de La Caixa, el recorte experimentado por el déficit se está logrando por la menor necesidad de financiación privada, que compensa el mayor endeudamiento estatal por los estímulos fiscales y la caída en la recaudación impositiva.

Ese fuerte crecimiento del déficit por cuenta corriente no ha sido exclusivo de España, si no que se ha reproducido con fuerza en otros países. Según el estudio, los desequilibrios mundiales de las balanzas de pagos han aumentado con fuerza desde la década de los noventa hasta alcanzar los niveles más altos de las últimas décadas, no sólo en términos absolutos, sino también con relación al PIB. Así, el conjunto global de los déficit por cuenta corriente pasó de representar el 1,3% del PIB mundial en 1980 hasta el 2,8% en 2006. El informe apunta que ese crecimiento no sólo es preocupante por su magnitud, sino también "porque muestra signos de persistencia y representaba riesgos para la economía mundial".

El mayor déficit mundial en valor absoluto correspondía a EE UU, el 60% del total mundial en 2006, mientras que el mayor saldo positivo le corresponde a China, con un 11% del PIB, gracias a un yuan infravalorado, que le ha servido para financiar el endeudamiento de EE UU.

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