La fundación Eroski celebra sus 40 años de vida
Destinará 65.000 euros este año a tres proyectos sociales.
El 10% de los beneficios obtenidos por Eroski han ido, año tras año, a dotar de fondos a su fundación. Y ya son cuatro décadas las que lleva "manteniendo un fuerte compromiso con la sociedad", y en especial en los ámbitos de la información y formación al consumidor, la defensa del medio ambiente y la solidaridad.
"Hace 40 años que Eroski comenzó a trabajar en un proyecto cooperativista que integra el compromiso, los valores, la voluntad y la acción de trabajadores y consumidores, que se refleja en un ámbito empresarial y en ámbitos sociales como el de la información del consumidor y el apoyo a las actividades culturales y solidarias realizadas en nuestro entorno" declara Alejandro Martínez, director de RSC de Eroski, quien añade que el objetivo de la fundación es desarrollar la responsabilidad dirigida al exterior de la organización.
Para celebrar el aniversario de la fundación ésta destinará 64.900 euros a financiar tres proyectos seleccionados en la octava convocatoria de Ayudas a la Cooperación Internacional. "Las aportaciones de Eroski, que destina parte de sus beneficios a nuestra fundación, nos permiten promover acciones a favor de los consumidores, realizar campañas de divulgación, editar revistas y guías, ofrecer becas, colaborar con organizaciones de ayuda al Tercer Mundo y con campañas solidarias de recogida de alimentos, entre otras actividades", explica la empresa.
La fundación tiene el objetivo de dirigir la RSE hacia el exterior de la organización.
Uno de los ejes principales de la fundación son los proyectos de solidaridad que apoyan, entre los que figura la convocatoria anual de financiación de intervenciones en cooperación internacional, que en las ocho ediciones convocadas hasta el momento ha impulsado 24 iniciativas y ha destinado a esta actividad cerca de un millón.
En esta ocasión los fondos se destinarán a Nepal, Ecuador y Burkina-Faso. Las acciones estarán lideradas por las asociaciones Khoah, Manos Unidas y Mujeres de Burkina.
En el primero de los casos la iniciativa está relacionada con la producción de algodón ecológico, cuya demanda crece en el mundo de la moda, ya que se produce con abonos orgánicos y sigue controles de plagas, botánicos y biológicos. En el país asiático su producción es casi inexistente y este proyecto trata de crear una cadena y encontrar el suministro de materia prima, facilitar la formación y técnica necesaria para la producción y gestión de la cadena. El objetivo de esta iniciativa es paliar la drástica disminución de empleos generada por la liberalización de los mercados internacionales y la competencia de países como China o India. Alrededor de 1.500 mujeres productoras y sus familias, de la casta de los intocables, se beneficiarán de este proyecto.
El proyecto en Ecuador se desarrolla en diversas fincas productoras de cacao cuyas plantaciones no han sido renovadas durante muchos años porque los recursos y conocimientos de los campesinos son escasos. En ellas se implantará el programa de formación y capacitación, de tres años de duración, para potenciar promotores comunitarios y técnicos locales y lograr la certificación orgánica y de comercio justo de las fincas adheridas al programa. Se plantea mejorar el sistema organizativo, productivo y comercial de 226 pequeños agricultores y agricultoras de cacao. La población beneficiaria de manera indirecta se acerca a las 1.130 personas.
En Burkina-Faso, se persigue almacenar cereales porque aunque las cosechas son buenas, las lluvias periódicas y torrenciales dificulta su almacenamiento. El proyecto consiste en construir una nave para guardar cereales y después comercializarlos, de modo que permitan a la Asociación de las viudas y huérfanos Santo Agustino de Bissighin, entre otras acciones, garantizar la escolarización de sus huérfanos. La intención es obtener 300 sacos de cereales y revender parte de ellos a los más desfavorecidos durante el periodo de sequía; garantizar seguridad alimentaria; luchar contra los comerciantes que venden a precios muy altos el cereal en periodo de sequía y establecer rentas que permitan la concesión de préstamos y microproyectos de las viudas.
Información al consumidor
Los consumidores centran buena parte de las actividades tanto de Eroski como de su fundación. Por esa razón la compañía edita una revista (Consumer Eroski) con consejos de útiles para la vida cotidiana. Además, desde la fundación se promueven una serie de becas y ayudas a la investigación en bioética, biotecnología y seguridad alimentaria. Y propone a los consumidores iniciativas sociales como entrega de donativos a ONG, contratos laborales para discapacitados, campañas de comercio justo, de recogida de ropa, juguetes, alimentos y libros de texto para niños refugiados, entre otras acciones.