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Coyuntura

La recesión deja ociosa la cuarta parte de la capacidad productiva

La producción industrial cayó en marzo un 24,7%, agravando una senda descendente que dura ya 11 meses. La recesión ha llevado a que más de un cuarto de la capacidad productiva de la industria se encuentre actualmente sin utilizar.

El gráfico en el que se representa la evolución de la actividad de la industria española recuerda de forma preocupante a la caída libre. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, el índice de producción industrial descendió en marzo un 24,7% en términos interanuales, con lo que suma ya cuatro meses consecutivos retrocediendo más del 20%.

El impacto de la recesión sobre la demanda de todo tipo de bienes está llevando a caídas históricas de la actividad, hasta el punto de que la utilización de la capacidad productiva de la industria se ha reducido en seis puntos y medio en el último medio año. El dato del primer trimestre de 2009 sitúa dicha utilización en el 72,8%, lo que convierte en ociosa algo más de un cuarto de la capacidad instalada. Si bien es cierto que en la fase alta del ciclo la utilización raramente supera el 85%, el rápido deterioro resulta evidente. La explicación es sencilla: la producción no se vende, los inventarios se acumulan hasta niveles desconocidos y las empresas optan por recortar su actividad.

Un ejemplo claro lo ofrece la industria del automóvil: al compás del deterioro de las ventas (en marzo cayeron un 39% en tasa interanual), la fabricación de turismos se redujo en enero a la mitad de la del año anterior. La avalancha de expedientes de regulación de empleo explica esa apuesta de las empresas del ramo por la reducción de la actividad, hasta que la demanda empiece a recuperarse. El consumo de energía eléctrica, con una contracción superior al 10% en marzo frente al año anterior, refleja bien a las claras esa menor utilización de la capacidad industrial.

Más información
Documento: Índice de Producción Industrial. Marzo 2009

La estadística publicada ayer por el INE recoge un vertiginoso deterioro de la producción industrial en todas las categorías. Se llevan la palma los bienes de consumo duradero, con un 38,4% menos que un año atrás, pero también los bienes de equipo y los intermedios sufren caídas superiores al 30%. Comparado con esas cifras, la reducción del 9,4% en la producción de bienes de consumo no duradero parece incluso un buen dato.

El análisis particularizado de los datos lleva a un panorama desolador. Entre las 26 categorías industriales en las que se clasifica la actividad, solamente la de productos farmacéuticos logró en marzo un incremento interanual, aunque fue un exiguo (0,8%). En números rojos se encuentra la producción comparada de los otros 25 epígrafes, liderados por la fabricación de vehículos de motor, con una caída del 48,1%. Pero el resto de líneas de producción recoge también descensos muy marcados, que rondan un tercio frente a la realizada el año pasado en la industria textil, la metalurgia o la fabricación de muebles, muy castigada por el parón de la construcción.

La cifra

72,8% utilización de la capacidad productiva de la industria en España en el primer trimestre. En medio año, el nivel ha caído seis puntos y medio.

Medio millón de parados en el sector secundario

El grave deterioro de la actividad del sector secundario se deja notar desde hace varios meses en el empleo. Numerosas fábricas han optado por recortar las jornadas o suprimir turnos, imponiendo expedientes de regulación de empleo temporales o definitivos. Según los datos de afiliación publicados el martes por el Ministerio de Trabajo, en el último año el número de parados de la industria aumentó en 190.599 personas, hasta rozar ya el medio millón. Un aumento del 62% en doce meses, que dibuja bien a las claras la delicada situación del sector.No son tan lejanas las proclamas del anterior equipo económico, que dirigía Pedro Solbes y tenía como número dos a David Vegara, sobre el papel que podría jugar la industria en lo que por entonces se vislumbraba sólo como desaceleración económica. El Gobierno esperaba que el sector industrial tomase el relevo de la construcción, para suavizar la esperada moderación de la actividad global.La cruda realidad es que la desaceleración del ladrillo se tornó en desplome, y que la crisis financiera internacional ha terminando afectando a todos los sectores, siendo el industrial uno de los más perjudicados hasta ahora. El complicado reto al que se enfrenta la industria española en la actualidad aborda así dos vectores. Por una parte, contener una caída de la actividad de dimensiones históricas y limitar la sangría de puestos de trabajo que implica. Por el otro, asumir una necesaria reforma que eleve el valor añadido y el aporte tecnológico de la producción industrial, cuya escasez es responsable en buena medida del déficit corriente que sufre España.

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