De la cola del paro a la consultoría financiera independiente
Llega una nueva oleada de asesores independientes. Son profesionales expulsados de la industria bancaria.
Los trabajadores españoles se desayunan todos los días con noticias apocalípticas: recesión, insolvencia, quiebra, déficit, desempleo... Ya nadie está libre de engrosar la larga lista del paro. Y menos que nadie los asesores financieros. José Luis Blázquez, director de la Red de Independientes y Desarrollo de Negocio de Inversis, calcula que en los próximos dos años podrían ser despedidos 1.500 profesionales en España, la mayoría empleados de banca privada. Con un negocio en retroceso, sus expectativas de recolocación son verdaderamente inciertas.
Sin embargo, el paro no es la única salida. Muchos asesores podrían convertirse en consultores independientes y formar parte de una industria ampliamente desarrollada en Gran Bretaña, Suiza, Italia y Alemania. Desde hace tiempo, son muchas las voces autorizadas que abogan por una presencia más activa de estos profesionales en el mercado español. Ahora la CNMV se ha embarcado en un proceso de selección (hasta la fecha se han presentado 50 expedientes) para inyectar transparencia y solvencia al negocio.
España siempre ha tenido asesores independientes, pero actuaban por libre, sin estar regulados. No se sabía ni cuántos eran ni quiénes. Eso va cambiar. La CNMV está seleccionando a los mejores, aunque por ahora la única autorización ha llegado a las oficinas de Abante. Antes de que finalice el año, sólo los que cuenten con el visto bueno del órgano regulador podrán prestar en España este servicio, de larga tradición en Europa. En Inglaterra, recomiendan el 90% de los fondos que se venden; en Suiza, el 50% y en Alemania, el 14%.
La independencia escasea. Una buena parte de los profesionales cobra de bancos y gestoras por recomendar sus productos
Según los cálculos de Blázquez, la asesoría independiente podría gestionar en España en el plazo de una década un patrimonio de 50.000 millones de euros. A la incorporación de profesionales que buscan una salida laboral tras el despido (y administrarían patrimonios antes vinculados a una entidad) habría que sumar los fondos que dependen de los 14.000 agentes y representantes que hoy trabajan por cuenta propia.
El único problema para la expansión de este negocio, además del coste de la inversión tecnológica y los gastos regulatorios (entre 25.000 y 50.000 euros), es su largo periodo de maduración, "la media en EE.UU. es de 16 años", según Borja Durán, socio de Family Office Solutions. Y es que el inversor español, incluso aquel que posee un patrimonio importante, se ha resistido tradicionalmente a pagar la consulta financiera. Esto, sin embargo, podría cambiar cuando escampe la tormenta y los ahorradores vuelvan a apostar por rentabilizar sus capitales.
Los expertos esperan que las colocaciones masivas, por parte de la banca, de productos entre clientes con menos cualificación, como ha sucedido con las escasamente líquidas participaciones preferentes, sirvan de acicate para impulsar un negocio que aún está en mantillas.
Los asesores financieros independientes son hoy unos desconocidos para el gran público. Y eso es un problema. El otro es el conflicto de intereses. La mayoría no son verdaderamente libres para dar consejos. Aun sin estar vinculados accionarialmente a una entidad o gestora de fondos, no suelen ser ajenos a ellas. De hecho, por recomendar sus productos cobran una comisión (de retrocesión, se llama) y "no siempre se lo comunican a su cliente", asegura Borja Durán, de Family Office Solutions.
Huya del consejo interesado
Muchos profesionales esperaban que la regulación de las Empresas de Asesoramiento Financiero (EAFI) reforzara la independencia de los consultores, en línea con lo que ocurre en Gran Bretaña. No ha sido así. La CNMV, después de un intenso debate, ha optado por permitir las comisiones de retrocesión, alegando una vez más falta de tradición en España de pagar directamente por el asesoramiento. "Siempre que la transparencia con los clientes sea absoluta, el asesoramiento no tiene por qué perder calidad", ha reiterado una y otra vez Carlos Tusquets, presidente en España de la Asociación Europea de Planificación Financiera (EFPA). Según Borja Durán: "El patrimonio del inversor se salvaguarda mejor cuando la transparencia y la alineación de interés entre cliente y asesor son máximas, eliminando las comisiones de éxito y retrocesiones oscuras. Y, en última instancia, lo correcto es comunicárselo al cliente y rebajar en la minuta la cantidad cobrada".El ingeniero y profesor de Administración de Empresas Carlos Casanueva (http://donquijotedelabanca.blogspot.com) opina que el asesoramiento y la gestión comercial son como el "agua y el aceite. El médico y el farmacéutico no pueden ser la misma persona". Casanueva lleva cinco años vaticinando que la falta de independencia de la banca desataría una crisis como la actual y aboga hoy por la industrialización del consejo simple a través de webs (CNMV y otros órganos reguladores). "El consejo sofisticado sólo puede ser ofrecido por un consultor independiente". Para Casanueva, las recomendaciones de los bancos son siempre publicitarias o interesadas, y entran en colisión con los verdaderos intereses del ahorrador.
Difícil elección
Los más puristas cuentan con los dedos de la mano el número de independientes que hay en España. "Son aquellos que no tienen producto propio y no cobran comisiones de retrocesión sin informar al cliente", opina Borja Durán, socio de Family Office Solutions. José Luis Blázquez, de Inversis, le secunda. A su juicio se puede ser leal en el consejo y cobrar de una entidad financiera "siempre que se comunique al cliente", asegura. En España, se alinean con el modelo británico y sólo prestan asesoramiento sin conflictos unos pocos, entre ellos, están Family Office Solutions, Square Capital Family Office y Arcano, aunque ésta ultima entidad tiene producto propio en el segmento de private equity e inmobiliario.