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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El dinero toma posiciones para el próximo ciclo

Los índices bursátiles de todo el mundo han cerrado un mes de abril desconocidamente optimista: la referencia española de las empresas más líquidas ha avanzado más del 15% y prácticamente ha absorbido el descenso del mercado desde el primero de enero. El rebote desde los mínimos del 9 de marzo supera el 30% en casi todos los mercados occidentales, y hay un creciente número de analistas que consideran que lo peor del ajuste de los mercados financieros ha quedado atrás, pese a que los descensos de la actividad económica podrían no haber concluido, a juzgar por los últimos datos aportados en las grandes economías. Estados Unidos, Alemania o la propia España se preparan para saldar un año con un descenso del producto del orden del 7%, desconocido desde la Segunda Guerra Mundial. La visibilidad cada vez mayor sobre el estado financiero de los bancos en todo el mundo ha devuelto el optimismo a los inversores, aunque los procesos de recapitalización de las entidades no ha terminado, como nos recordará la Reserva Federal el lunes a la vista de los stress test de la banca americana. Pero los problemas están todos identificados, y los itinerarios a seguir para devolver la solvencia a la banca para que disponga de la confianza del mercado, establecidos. No es un problema de dinero, puesto que allí donde no lleguen los accionistas serán los Estados los que acudan al rescate, como ha ocurrido en Reino Unido, EE UU o Alemania hasta ahora.

Incluso en España, donde los exigentes estándares de solvencia y supervisión habían evitado la bancarrota de las entidades, pero no el fuerte ajuste de los precios de las acciones de las empresas financieras cotizadas, el mercado ha devuelto a su sitio los precios, pese a mantener la reserva que exige el hecho de que estamos en una crisis económica brutal y que con el crecimiento económico recortado el crédito no podrá crecer como lo había hecho hasta ahora, y los beneficios y dividendos de los bancos deben ajustarse a este paisaje contractivo.

Aún no se conoce el alcance definitivo de la crisis económica, aunque comienza a divisarse el contorno de la financiera. En todo caso, ya hay expertos, y políticos, que vaticinan el final del túnel para los próximos meses. Y la que parece haberse adelantado es la Bolsa. Sea por ello o por el excesivo castigo recibido por las empresas cotizadas, en los últimos cincuenta días los índices han recompuesto la figura de las empresas, aunque seguramente esta recuperación de cotizaciones no es definitiva. La única pega es que las entradas de dinero se producen a cuentagotas, porque aún no hay inversor final en los parqués, y son los fondos los que siguen generando el vaivén de la barca y, como dicen los expertos, de la propia bahía si no se mueve la barca.

Pero sí se detectan pistas del cambio de actitud del dinero, que otea ya la llegada del nuevo ciclo, y toma posiciones en las compañías que considera que tienen mejor recorrido. El ciclo bursátil camina unos cuantos meses delante del de la economía real, que seguramente no ha terminado de purgar su sobrecapacidad. Incluso en el caso de España, que ha perdido el favor de los grandes inversores institucionales en el exterior en los últimos meses por la gran concentración de la actividad en la producción inmobiliaria y por los altos grados de apalancamiento de las grandes empresas, el dinero comienza a poner el foco en las empresas con mayor solidez financiera y visibilidad de beneficios.

En las últimas sesiones han sido sobre todo los bancos los que han apuntalado la recuperación de los índices, con un protagonismo especial en España, donde han presentado unos resultados muy aseados, y con unas proyecciones para el resto del ejercicio muy positivas, incluso con crecimientos de la morosidad menos abultados de los estimados hace unos meses. Además, han cebado la cartera de provisiones para posibles insolvencias con recurso al beneficio, lo que refuerza la solvencia para evitar ulteriores recapitalizaciones.

Es cierto que la rapidez del rebote hace presagiar que volverá el ajuste de precios, porque las empresas industriales y de servicios no financieros deben empezar a encajar resultados con mayor deterioro. Pero el momento de entrar en el mercado buscando réditos de largo plazo ha llegado ya, pues toda medición que se haga sobre los precios relativos de los valores se salda con descuentos notables sobre los precios objetivos esperados para los balances de las empresas, especialmente las de mediana y gran capitalización.

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