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Columna
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Nomura debe darse prisa

Nomura se está atreviendo a ser diferente. Mientras los rivales estadounidenses sorprenden con beneficios trimestrales más sólidos de lo esperado, el balance del bróker japonés parece que ha sido mordido por Godzilla. Nomura registró una megapérdida de 7.000 millones de dólares en su ejercicio fiscal finalizado el 31 de marzo. El déficit de 2.200 millones del cuarto trimestre se come el dinero aumentado en una colocación de acciones el mes pasado.

No es la primera vez que Nomura se resiste a la moda. Hace un año podría haber presumido de que había actuado más rápido que la mayoría de sus rivales en eliminar lo malo de sus libros. Recortó preventivamente la exposición a las hipotecas sobre viviendas residenciales, las monolines y al mercado de repos, todo lo que más tarde devastó a sus rivales.

Ahora es el japonés el que marca la diferencia. Mientras algunos como Goldman y Morgan Stanley han visto negocio en el rebote en EE UU, Nomura permanece constreñido a su pésima economía doméstica -a pesar de sus sueños de ser una institución global-. Las pérdidas de gestión de patrimonios de 597 millones empujó a los negocios de los mercados a los números rojos. Incluso el muy productivo negocio de la banca al por menor doméstica registró pérdidas cuando los inversores abandonaron su interés por las acciones en medio de caídas en picado de los mercados.

Mientras tanto, Nomura está todavía pagando la cuenta por su adquisición de la ramas de Asia y Europa de Lehman Brothers, un acuerdo previsto para dar el salto fuera de Tokio. Alrededor de 1.100 millones de dólares en costes extras se esfumaron cuando Nomura ahuecó las plumas de la cama para sus nuevos contratos. El valor de esta expansión es todavía una incógnita. Hay que esperar para ver cuánta gente se queda una vez se hayan pagado los bonus. Lo bueno es que muchas de las causas de la angustia del cuarto trimestre son temporales o reversibles. Y Nomura parece haber empleado mano dura al provisionar 587 millones de inversiones en inmuebles y en capital riesgo, con la esperanza de limpiar los libros definitivamente. Pero será necesario más que un transparente balance para que Nomura pueda comenzar su nueva vida como un banco de inversión global. Como la economía de Japón empeora, necesita darse prisa.

John Foley

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