El universo artístico de Juan Muñoz en el Reina Sofía
El centro de arte dedica una rica y amplia retrospectiva al escultor.
Cristina Iglesias, gran conocedora de la obra de Juan Muñoz (Madrid, 1953-Ibiza, 2001), no duda al afirmar que el escultor 'estaría encantado' con la retrospectiva que le dedica el Museo Reina Sofía, 'con Manuel Borja-Villel como director', añade la que fuera su esposa. En Madrid finaliza el recorrido de una muestra que han visitado más de 400.000 personas en la Tate Modern de Londres, el Museo Guggenheim de Bilbao y la Fundación Serralves de Oporto. La que se podrá admirar en el centro de arte madrileño hasta el próximo 31 de agosto es fiel a la tesis inicial, aunque aporta la visión de su comisaria Lynne Cooke (ha compartido la organización con Sheena Wagstaff), deudora de la obra del artista. 'La visión de Lynne revela una tremenda sensibilidad a cómo Juan Muñoz utilizada el espaciio y el momento', aprecia la escultora Cristina Iglesias. Es también la exposición más rica de las celebradas hasta la fecha.
El grueso de las más de 100 obras ocupan tres cuartas partes de la tercera planta del edifico Sabatini, momentáneamente dialogando con otro renovador de la escultura, Julio González. Pero además las piezas de Juan Muñoz sorprenden al visitante desde el jardín, el claustro, la guardarropía del hospital o la terraza.
Juan Muñoz es un referente en la renovación de la escultura contemporánea internacional. Un artista que rompe con la dualidad concepto y objeto, abstracción y figuración o modernidad y tradición, recordaba Manuel Borja-Villel en la presentación de esta retrospectiva que ha organizado junto con la Tate Modern, con el apoyo de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex) y el patrocinio de la Fundación Banco Santander.
Los dieciséis años que median desde 1984, fecha de su primera exposición individual en la Galería Fernando Vijande de Madrid, hasta 2001 en que realiza su última obra, Double bind para la Tate Modern en 2001 -fue el primer español invitado a exponer su obra en la Sala de Turbinas de la galería londinense-, le permiten crear un corpus artístico de una excepcional narratividad.
Tensión
En su obra existe una gran tensión entre los espacios irreales y los tangibles. Sus figuras poseen una presencia física extraordinaria y en ellas el silencio y la soledad adquieren un protagonismo especial. Acróbatas, enanos, bailarinas o personajes orientales acompañan a sus famosas figuras humanas con base esférica que interaccionan entre sí, formando su serie emblemática conocida como escenas de conversación. Su producción indaga en la idea de que la obra es tanto la solución como su búsqueda especialmente en su obra cumbre Double Bind (Doble vínculo, 2001), que fue además su última creación.
El Juan Muñoz narrador está presente en la muestra con tres tres piezas sonoras. 'De alguna manera, la radio es el territorio de la imaginación', escribía en 1993.
Un trabajo alimentado de diversas fuentes
Juan Muñoz se alimentaba de fuentes literarias, arquitectónicas, mitológicas, filosóficas, musicales, cinematográficas, póeticas y teatrales, así como de elementos de historia de la magia y el ilusionismo.Nacido en Madrid, en la década de los 70 viajó a Inglaterra para estudiar en el Croydon College y más tarde en el Central School of Art and Design, donde conoció a Cristina Iglesias, con quien tiene dos hijos. En 1982, una beca Fulbright le llevó a Nueva York, donde conoció a Richard Serra y comenzó a trabajar como asistente del escultor Mario Merz. A su labor creadora hay que añadir sus escritos y su actividad en la organización de exposiciones. En el año 2000, recibió el Premio Nacional de de Artes Plásticas. Murió a la edad de 48 años en Ibiza, en el momento álgido de su productiva carrera.